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Han sido incontables las veces que he atendido a una persona que refiere ser “achacoso” o que tiene muchos “achaques”, considerándose a sí misma como enfermiza, ya que un achaque se trata de una afección de salud que ocurre con frecuencia y que suele deberse a la vejez. La mayoría de estos pacientes ni siquiera han llegado a la edad considerada como ancianidad en México, la cual es de 60 años, así que claramente no son achaques.
Muchas de estas personas suelen tomar varios medicamentos y vivir cuidándose de todo porque por algo pequeño que hagan resulta un gran problema para la salud, es por ello que, los pobres, no suelen disfrutar de la comida yucateca, ya que un poco de cochinita les deja inflamada la barriga, así que se la pasan diciendo que padecen de colitis.

Tampoco pueden hacer mucha actividad física puesto que rápidamente tienen contracturas en el cuello o infernales dolores de espalda o cabeza. Además, suelen estar estreñidos o con diarrea y duermen usualmente mal.

Estas personas frecuentemente son multitratadas, muchas veces por médicos distinguidos y excelentes, que les dan tratamientos magníficos, con los cuales mejoran un rato, por muy poco tiempo nada más. Una característica de estos pacientes es que llegan a sentirse hartos con sus enfermedades y entonces sus familiares les llegan a decir que son problemas de sus nervios, por lo que mejor “piensen en otra cosa”. Por tanto, empiezan a sentir que nadie en el mundo los entiende y puede ser que sea verdad. Es muy difícil, casi imposible el ponernos en los zapatos de quien sufre, en especial dado a que no todos sentimos lo mismo.

La buena noticia es que esos supuestos achaques suelen tener una raíz, la cual si se corta, desaparecerá el problema. Cuando ya se ha intentado de todo, cuando ya parece que no hay salida, entonces hay que voltear a ver al motor de nuestro cuerpo, el cerebro, ya que es posible que el daño no esté en todos los órganos, sino en la señal que este cerebro le manda al cuerpo y la manera de repararlo se basa en un aspecto esencial, el autoconocimiento, el cual se va a obtener mediante psicoterapia. Como dice la terapeuta Gloria Montero: “escuchar tus emociones te lleva a autorregularte y a ampliar tus recursos”. Estas personas son el tratamiento a su situación y pueden resolverlo con el apoyo del especialista adecuado.

Según la gravedad de la situación, algunas personas llegan a requerir medicamentos, sin embargo, estos no son para siempre, los cuales ayudarán al equilibrio de esas señales que manda el cerebro al cuerpo.

Entonces, si te has identificado con este escrito, ponte manos a la obra para cambiar tu vida, visita a un especialista en esas señales del cerebro, visita a un psicoterapeuta.

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