Yucatán es parte de la lista de estados que cuentan con playas con una certificación especial, situación que lo coloca como la entidad con el mayor número con certificación “Playa Platino”.

El distintivo “Playa Platino” es un programa internacional que otorga el Instituto Mexicano de Normalización y Certificación (IMNC) a aquellos destinos costeros que han alcanzado la excelencia en la gestión y manejo de residuos sólidos urbanos, en la calidad de saneamiento en los tramos seleccionados, así como la colocación de la respectiva señalética. Para obtener la certificación, estos sitios deben mantenerse libres de residuos, así como, mostrar permanente presencia y vigilancia en las playas. Hoy más que nunca, nos damos cuenta de que mantener estos ecosistemas sanos es de gran beneficio tanto para los habitantes como para los visitantes.

El objetivo principal de certificar estas playas es garantizar la limpieza, cuidado, calidad y por supuesto altos estándares de servicio en cada una de las siete que fueron certificadas recientemente, para con ello atraer mayor número de turistas y, al mismo tiempo, impulsar la economía y los empleos de dichos lugares.

Una certificación de este tipo representa un gran reto para los habitantes de los puertos, pues no sólo basta tener limpia la zona de playa, sino mantener limpios los espacios aledaños y procurar que las playas sean más seguras para los usuarios, lo cual representa que las autoridades municipales deben trabajar de la mano de los comités de limpieza y certificación que se crearon en cada uno de los puertos que hoy cuentan con esta certificación.

Un servidor tuvo la oportunidad de conocer de cerca este programa de certificación y sobre todo el privilegio de conocer la entrega y compromiso de la gente que conforma cada uno de los comités de limpieza “Playa Platino” y créame amigo lector que son personas que demostraron que realmente aman su lugar de origen y han hecho suyas estas playas.

En este espacio quiero felicitar y reconocer a las señoras del comité de Celestún, un grupo de mujeres emprendedoras que hicieron suyo el programa y esperan que gracias a esta acreditación se incremente el turismo en su municipio y ellas puedan ofrecer sus comidas a todos los visitantes. Mis amigas de Celestún, como cariñosamente le digo ahora, me enseñaron que cuando refuerzas el sentido de pertenencia de un pedazo de playa (son 500 metros que se certificaron), te conviertes en defensor y promotor no sólo de tu municipio sino de tu Estado.

Ahora es el momento de nosotros como visitantes a las playas de respetar el sitio, no ensuciarlo y sobre todo apoyar a los habitantes de cada municipio; recordemos que el turista de ahora busca de manera detallada los destinos que le aseguren calidad y servicio y pues esta certificación cumple con esas exigencias y es factor favorable para facilitar su visita. Le invito a visitar estas playas certificadas y comprobar que el cambio que hoy presentan es un orgullo que bien merece presumirse