Nueva ola represiva en México

Cristóbal León Campos: Nueva ola represiva en México

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La ola represiva aumenta en México, los acontecimientos en Chiapas, donde desde el martes 18 de mayo son violentados los estudiantes-aspirantes de la Escuela Normal Rural de Mactumactzá junto a los campesinos obreros que los acompañan en su justa demanda de que el examen de admisión sea presencial y de forma escrita, debido a que esta entidad es una de las que tiene mayor índice de pobreza y marginación, siendo los estudiantes-aspirantes pobladores de comunidades rurales en las que no se cuenta con internet, computadores e incluso luz eléctrica.

Los 95 detenidos, 74 mujeres que han denunciado violencia sexual por parte de los agentes de la policía que las detuvieron y 21 hombres, han sido liberados recientemente de manera condicional por lo que continuarán ligados a un injusto proceso.

Este es nuevo caso de violencia de Estado ejercida por el gobernador Rutilio Escandón, quien junto con el gobierno de AMLO (ambos de Morena), agreden el derecho a la libertad de protesta, a la educación pública y a las normales rurales, que desde décadas atrás enfrentan y resisten atropellos, reducciones de presupuesto e intentos de cierre de la escuelas formadoras de profesores distinguidas por su compromiso social y su conciencia proletaria-popular.

Esta represión se enmarca en el aumento de la violencia criminal del narcotráfico que ha empañado con varios asesinatos de candidatos el proceso electoral y ha evidenciado la disputa del poder entre las fracciones interburguesas y sus aliados en las organizaciones del crimen organizado.

La continuidad del neoliberalismo maquillado con discursos de propaganda, se observa en los avances de los megaproyectos como el tren maya y los llamados polos de desarrollo, que, en realidad, son focos de despojo y empobrecimiento de las comunidades rurales, acompañados de procesos de extractivismo acelerado, proletarización de los trabajadores del campo, sobre-explotación de los recursos naturales, destrucción de la biodiversidad y una creciente segregación y marginación en las ciudades y poblaciones donde se pretende desplegar las principales actividades de los megaproyectos y con ello la extracción de la riqueza mediante el saqueo descarado.

Estos megaproyectos se desarrollan a lo largo de toda la República, teniendo en los últimos años al sureste mexicano como la principal región en la que se llevan a cabo.

La violencia de Estado contra los normalistas de Mactumactzá es una muestra del proceso de militarización que amenaza a los movimientos sociales, organizaciones de izquierda y a las comunidades autónomas de los pueblos originarios, especialmente las zapatistas.

El capitalismo mexicano se encuentra en un proceso de reacomodo de sus propias fuerzas internas, es por ello que a pesar de que el actual gobierno federal de Morena es solamente una manifestación reformista del sistema, las disputas entre las fracciones de interés político-económico, acrecientan los ataques conservadores llegando en ocasiones a matices neofascistas, recurriendo a la propaganda falsa, la tergiversación e incluso a la generación de una infodemia como ha sucedido con la pandemia del Covid-19.

Es claro que la coyuntura de forcejeo interburgués únicamente beneficia a las capas altas de la propia burguesía, a los monopolios mexicanos y a los sectores más conservadores revestidos de oscurantismo.

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