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El pasado 17 de enero se publicó en el Diario Oficial de la Federación una reforma y adición de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, del Código Civil Federal y del Código Penal Federal: la violencia por interpósita persona, a la que conocemos actualmente como Violencia Vicaria, que es toda acción u omisión que se realiza a través de otras personas, especialmente de las hijas e hijos, o familiares para perjudicar y dañar a la madre.

En el artículo 6, fracción VI se especifica las diferentes conductas con las que se ejerce violencia, entre las que podemos mencionar: amenazar a las hijas e hijos; amenazar con la sustracción o retención de infantes; utilización de las hijas e hijos para obtener información de la madre, así como para agredirla psicológicamente; promover e incitar actos de violencia que descalifiquen la figura materna afectando el vínculo materno filial; de igual manera interponer acciones legales con hechos falsos en contra de la mujer para obtener la guarda y custodia o pérdida de la patria potestad de las hijas e hijos; así como amenazar o condicionar la pensión alimenticia de las y los infantes.

Esta reforma atiende una necesidad actual de miles o millones de mujeres de todo México que están siendo afectadas, física, psíquica, emocional y económicamente -de ahí la importancia de visibilizar la Violencia Vicaria-, bien sabemos que el reto es grande, porque también se enfrentan a las instancias institucionales que no siempre favorecen al bienestar de la madre y las infancias. En ese sentido, también encontramos abogados corruptos que manipulan y proporcionan información falsa ante juzgados familiares para perjudicar a la mujer, aquellos se justifican y usan como bandera de protección a los hijos e hijas reduciendo a NNA a objetos y a la instrumentalización para sus atroces actos de violencia. Agotar el recurso económico de la madre es una de sus ideas principales, así como desgastarla en todos los sentidos, el deseo es robarle la paz hasta acorralarla psíquicamente y anular completamente la vida de la mujer.

Por su parte, la psicoanalista Marie-France Hirigoyen en su libro “El Acoso Moral”, describe a este tipo de violencia como una agresión encubierta, la cual es sutil, perversa, subterránea o silenciosa. Nada fácil de distinguir, ya que es orquestada magistralmente por el agresor, lo que hace complejo para un juez o un perito distinguir la perversión.

A pesar del dolor que viven cotidianamente, las mujeres continúan organizándose y manifestándose contra las injusticias, creando movimientos a favor de sus derechos y de las infancias, exigiendo leyes que protejan la dignidad e integridad de la mujer. Algunas madres se ven obligadas a estudiar temas de psicología o leyes, muchas de ellas han sido alejadas de sus hijas e hijos, los cuales han sido sustraídos privándolos de toda individualidad, violentando la identidad e integridad de las y los infantes o adolescentes.

Si te encuentras viviendo Violencia Vicaria escribe a la página de Facebook Frente Nacional contra Violencia Vicaria, donde te brindarán la asesoría adecuada y la canalización a grupos de ayuda en el estado de Yucatán.

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