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El entorno empresarial actual es realmente complicado, debido a la gran incertidumbre generada por las variaciones en temas fiscales y hacendarios para este 2020, así como por la manera en la cual los consumidores pudiesen responder al imparable incremento de los productos de la canasta básica; lo anterior sin dejar de observar el comportamiento de los competidores.

Los empresarios se encuentran ante retos colosales para este año, a pesar de que algunos organismos o autoridades manifiesten expectativas optimistas; lo cierto es que de ninguna manera el panorama es alentador para el sector empresarial yucateco.

Recortes de personal, mayores cargas de trabajo, limitación de premios e incentivos, trabajo poco remunerado e incrementos de precios de materias primas, son algunos de los escenarios que probablemente el sector empresarial experimentará en este año.

Ante tal situación, los directivos deberán poner especial énfasis en el control y monitoreo del comportamiento de sus costos, tanto de fabricación, como de operación y financiamiento, pues son éstos los que en la mayoría de las ocasiones tienden a frenar cualquier alza en las utilidades o crecimiento proyectado.

Durante mi trayectoria profesional, he escuchado a muchos empresarios mencionar que su preocupación principal radica en el aumento de las ventas e invierten en eso muchos recursos; pero al final de cierto periodo, observan que los resultados financieros no solamente no crecieron, sino que hasta se redujeron.

¿Por qué sucede esto? En muchas ocasiones los incrementos en ventas se logran sin establecer controles estrictos de monitoreo de costos, es decir, sin realizar un presupuesto o haciendo caso omiso de él.

Cuando las ventas aumentan, también los costos de producción y operativos tienden a hacerlo; por lo que es de vital importancia establecer márgenes de utilidad bruta, operativa y neta con parámetros de aceptación mínimos y máximos, pues de esta manera se podrá monitorear si la venta realmente está siendo productiva o no.     

Es importante resaltar que en ocasiones los incrementos en ventas son producto de la obtención de financiamientos contraídos sin un estudio o asesoramiento previo; mediante el uso de ese dinero se adquiere equipo de reparto o maquinaria o se invierte en mercadotecnia, lo cual tiende a reportar mayores ingresos por ventas, pero a la vez generar altos intereses, los cuales irremediablemente reducen las utilidades netas.

Por lo anterior, recomiendo establecer proyecciones mensuales de ventas, pero considerando el impacto de éstas en los costos y por ende en la rentabilidad de la empresa, considerando que más ventas no son sinónimo de mayor utilidad.

La clave en el incremento de la rentabilidad financiera en las empresas no se finca exclusivamente en las ventas, sino en los costos; es decir, en vender más al menor costo posible.

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