Los de en medio
El Poder de la Pluma.
Somos muchos, aunque probablemente no pintamos en las encuestas de aprobación, quizás porque no pretendemos aprobar ni desaprobar a nadie.Nos conducimos de acuerdo con nuestras convicciones, no nos mueven intereses particulares, mucho menos propósitos obscuros.Si emitimos opiniones críticas, algunas veces enérgicas, es porque verdaderamente percibimos que algo anda mal y creemos con firmeza que el rumbo debe ser corregido. Nos interesa la política únicamente como un instrumento para conseguir el bien común, no pertenecemos a partido político alguno, no somos de izquierda ni tampoco de derecha, somos… los de enmedio.
No somos chairos ni tampoco fifís, de hecho nos incomodan ambos términos, no nos gusta ni queremos que los habitantes de este hermoso país tengan que ser definidos y etiquetados de una u otra forma, con calificativos que nos dividen, que forman abismos y que los ahondan inevitablemente cuando lo que estamos necesitando con urgencia es cerrar las brechas, reparar las grietas, unir lo que está separado, sanar lo que está enfermo.
Somos mexicanos, perseguimos apasionadamente el objetivo de ver a nuestra nación y a todos sus habitantes creciendo, prosperando, construyendo un mejor futuro, conformando nuestro territorio de manera sustentable, perfilando nuestras ciudades como espacios dignos para habitar, convivir y trabajar. Anhelamos un país sin pobreza, sin hambre, donde podamos ejercer el derecho humano esencial de movernos y trasladarnos a cualquier sitio ubicado dentro de sus fronteras, y saber que estamos seguros, que aun siendo baja la probabilidad de ser víctimas de un acto delictivo, si llegase a suceder, el delincuente recibirá un castigo justo y no se refugiará en la impunidad.
Deseamos que si nuestros gobernantes proponen la realización de un proyecto, esté sustentado en estudios serios y profesionalmente realizados para demostrar su viabilidad social, ambiental y financiera, para que así nuestros recursos, tiempo, talento, y capacidades no sean desperdiciados ni derrochados, sino que se aprovechen con la máxima eficiencia y se alcancen los objetivos que dicho proyecto se ha planteado.
Si, somos los de en medio, los que no alabamos y aplaudimos todo, que no somos aduladores incondicionales y gratuitos, pero tampoco opositores sin sentido que le apuestan al fracaso de quienes conducen nuestro país, que estamos seguros significaría el fracaso de nosotros mismos. Todo lo contrario, precisamente porque queremos un país exitoso, necesitamos manifestar nuestras opiniones y pedimos que sean escuchadas y atendidas.
Los de en medio exigimos certeza en las políticas públicas, pero que además sean favorecedoras de la inversión, elemento insustituible del crecimiento y el desarrollo. Los de en medio aspiramos a un México sin corrupción, ambicionamos vivir en una nación soberana e independiente, pero insertada adecuadamente en el contexto global, y que ofrezca garantías de que protegerá el medio ambiente y luchará por resolver la crisis global del clima; los de en medio queremos gritar con pasión, hoy más que nunca: ¡Qué viva México!