¿HAY GAZAPO? En días pasados el presidente municipal de Mérida, Renán Barrera Concha, enterado de la presencia en esta ciudad del diputado Gerardo Fernández Noroña, a través de las redes sociales le deseó que su estancia sea “temporal, pacífica y breve”. El legislador federal le respondió: “Mi estimado alcalde, cómprese un diccionario de sinónimos, temporal y breve es lo mismo”.

Algunos lectores de esta columna insistieron en que hay un gazapo en la respuesta del controvertido diputado, pues, temporal y breve no son sinónimos, es decir, no significan lo mismo.  

Según el Diccionario Español de Sinónimos y Antónimos, de Federico Carlos Sáinz de Robles, temporal y breve sí son sinónimos. Ese gramatario indica como sinónimos de temporal: temporáneo, temporario, cronométrico, precario, efímero, provisorio, transitorio, breve y pasajero.

Y como sinónimos de breve, el mismo lexicón señala las siguientes voces: corto, pequeño, instantáneo, conciso, sucinto, reducido, limitado, lacónico, temporal, transitorio, pasajero y diez palabras más.

Así, pues, Fernández Noroña no dejó escapar ningún gazapo. Sin embargo, uno de los más fervientes partidarios de nuestro alcalde nos dijo que esos sinónimos fueron expresados para enfatizar el deseo de que el conflictivo político se vaya pronto de esta tierra. 

¡Ah, caramba! Dios nos salve de meternos en política.    

AL INTERIOR. El Gobierno de la Ciudad de México comunica que los restaurantes de la antigua Tenochtitlán podrán funcionar al 30% de su capacidad al interior y el 40% al exterior. ¿Dónde se pondrán las mesas y las sillas? Pues, fuera del restaurante, según las instrucciones gubernamentales. Al interior significa hacia el interior, que se dirige hacia allá; es decir, según el aviso gubernamental, los asistentes no estarán dentro o en el interior del restaurante. El aviso correcto sería que del porcentaje de comensales el 30% esté en el interior (dentro del local) y el 40% en el exterior.

Con muchas ganas de trabajar la honda entra en acción, colocamos sendas piedras en sus dos cañones. Certero impacto derriba las impropiedades del lenguaje  y ambas piezas terminan en el morral. Cacería concluida.

Hasta el próximo tirahulazo.