María Rosaura Zapata Cano, primera educadora de México
Hortensia Rivera: María Rosaura Zapata Cano, primera educadora de México
Con inmensa admiración y respeto rendimos homenaje a la primera educadora de México. Nació el 23 de noviembre 1876, en La Paz Baja, California Sur, sus restos descansan en la Rotonda de los Personajes Ilustres de esa entidad y falleció en 1963 en la Ciudad de México.
En este país, como en gran parte del mundo, la integración de la mujer en el ejercicio de la educación fue una tarea titánica. Durante siglos se impidió el avance intelectual y profesional del mal llamado sexo débil. A finales del siglo XIX los prejuicios en este tema eran realmente alarmantes, se pensaba que la mujer estaba destinada a ser madre o ama de casa, y esa era su única aspiración. Fue hasta bien avanzado el siglo XIX cuando las mujeres irrumpieron de manera significativa en las aulas universitarias, dejando en claro que somos parte del equilibrio profesional e intelectual que rige este planeta. Este fue el caso de la maestra Rosaura Zapata, quien estudió en la Ciudad de México en 1898 y obtuvo el título de profesora. Su crecimiento no se estancó y tuvo a bien seguir en la senda de la preparación y estudio Psicología y Pedagogía en la Universidad Nacional. Viajó a San Francisco California y New York, después de haber ejercido por algún tiempo el magisterio, fue becada para estudiar pedagogía. A su regreso a la Ciudad de México ocupó la dirección de la escuela de párvulos No 2, convirtiéndose en la pionera de los llamados jardines de niños. En 1904 logró la apertura de dos jardines de niños, ella misma presidió los jurados que eligieron a las primeras educadoras.
Apoyada por don Justo Sierra, viajó a Alemania, Francia, Bélgica, Suiza e Inglaterra, para informarse de los sistemas de educación preescolar, creados por Johann Heinrich Pestalozzi y Friedrich Frobel. Regresó a México y se dio a la tarea de incrementar más escuelas, elaborando programas educativos. En 1910 impartió clases en la escuela nacional de maestros durante el gobierno de Venustiano Carranza. La fértil labor de la maestra Rosaura rindió frutos no solo en las aulas, también en sus reconocimientos por parte del país. Le entregaron la medalla Ignacio Manuel Altamirano, por su fructífera trayectoria profesional pedagógica durante cincuenta años. La medalla Belisario Domínguez en 1954 también fue parte de sus innumerables logros, dicha medalla se les otorga a personas mexicanas debido a sus acciones en pro del país o la humanidad.
También se distinguió como escritora y sus libros publicados entre otros: “Cuentos y conversaciones para jardines de niños y escuelas primarias”, “Técnica de educación preescolar”, “La educación preescolar en México”, “Rimas para jardines de niños” y “Cantos y juegos para kindergarten”.
Una gran mexicana que simbolizó el talento, la perseverancia, el cariño a su país, su nombre y enseñanzas han trascendido las fronteras de México. Las educadoras y los niños que fueron su pasión, el motivo de su existencia con fervor ven en ella el ejemplo para seguir ejerciendo tan noble labor.