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De un fenómeno atípico, y por lo tanto interesante, me he percatado en las redes sociales en Yucatán, durante la última semana. El líder de opinión: el narrador más importante, no es un antropólogo, comunicólogo, analista político o deportivo, sino un meteorólogo. Juan Antonio Palma, a través del portal Meteorología Yucatán, ha captado una audiencia que cualquier influencer quisiera.

Con un criterio científico ha generado una narrativa amigable que hace accesible entender los fenómenos climatológicos. Saber narrar es un arte y poco importa la temática, sino el conocimiento de la materia de la que se habla y poder explicarla a la mayoría de la gente.

A raíz del paso por el huracán “Beryl” comencé a seguir a Juan Antonio, a quien ya conocía por sus intervenciones en el portal estamosaqui.mx. Poco a poco fui consultando sus actualizaciones, en las que presenta, con un tono que mezcla, lo complejo con estampas de humor. Y poniéndole nombre a su dron #IlajChaak, al cual ha, incluso, denominado, con un guiño, como el avión cazahuracanes de Meteorología Yucatán.

Los comentarios de los que consultamos la página son de todo tipo. Desde actualizaciones con fotos de cómo se ven los cielos en localidades en la Península de Yucatán, hasta saludos y opiniones que derivan en diatribas populares como “más que otra cosa tengo un comentario”, por parte del auditorio “facebookiano”. Este es un ejemplo exitoso de comunicación colectiva en estos días. Todo tipo de comentario tiene cabida. Por lo general es un ambiente cordial y de información, aprovechando la plataforma del especialista Palma.

Los ejemplos no quedan ahí. Juan Antonio hace comentarios como el siguiente: “¡Trabajo en equipo!! Actualmente aviones cazahuracanes de la NOAA y Fuerza Aérea de EE.UU. se reparten simultáneamente la chamba de investigar al #Beryl. Voy a ver si los ayudo con mi drone #Ilaj chaak”. Con emojis y la reacción de risa, este tipo de comentarios son tomados por la audiencia como simpáticos gestos llenos de sentido del humor elaborados en paralelo con inteligencia. Esto, como comunicador, me parece una obra maestra.

Para concluir, me parece el fenómeno propio de Juan Antonio Palma como un ejemplo de estudio para los alumnos de comunicación. Normalmente la única vez que había visto que alguien prestara tanta atención a un meteorólogo había sido con una voluptuosa modelo que anunciaba “tormentas y aguaceros” en mini falda a modo Yayita de la revista “Condorito”.

Esta vez, en un formato muy distinto, el meteorólogo yucateco alcanza un rating muy interesante. Ahora falta analizar si todo el pronóstico del huracán “Beryl” fue acertado. Pero, por lo pronto, se agradece esa forma que combina lo científico con otros géneros más eclécticos para relajar la histeria colectiva.

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