Pequeñas grandes mentiras
La TV lleva ya varios años en un repunte de entretenimiento de calidad, gracias a la revolución ocasionada por las plataformas digitales...
Se suele pensar que los contenidos de la tv son frívolos e irrelevantes. Sin embargo, la pantalla chica lleva ya varios años en un repunte de entretenimiento de calidad, gracias a la revolución ocasionada por las plataformas digitales donde podemos disfrutar de series filmadas en formatos que no le piden nada a las películas que vemos en el cine. Incluso, el mercado ha cambiado: series televisivas debutan en las salas cinematográficas y muchos filmes se estrenan únicamente en línea.
Todo lo anterior ha vuelto a la televisión en algo atractivo para las estrellas del cine y para los directores más connotados del orbe, quienes han volteado sus ojos a las series limitadas como una posibilidad de exploración de sus propios discursos visuales y temáticos. Tal es el caso de Martin Scorsese, Jane Campion, Paolo Sorrentino, Ron Howard, Baz Luhrmann, etc.
El canadiense Jean Marc Vallé, director de Dallas Buyers Club (2013) y Alma Salvaje (2014), no es la excepción, pergeñando este 2017 una de las miniseries más comentadas del año: Big Little Lies, que tiene entre sus protagonistas a Nicole Kidman, Reese Whiterspoon (quienes también fungieron como productoras), Laura Dern y Shailene Woodley, quienes aportaron sus talentos a esta producción de HBO.
La trama gira en torno a unas madres que viven en Monterey, California, pero está lejos de ser un mero relato de la cotidianidad de la clase alta norteamericana, pues enseguida se constituye en un thriller psicológico de estilo noir, ya que se inicia con el testimonio de unos padres de familia sobre un asesinato que se acaba de cometer en su pequeña e inocente comunidad. Pronto se revela durante la investigación policial la situación de envidia, acoso escolar, infidelidad y violencia como problemas originados por el clima de competencia entre las familias de este lugar, que suelen ser despiadadas entre sí.
Paulatinamente se va trasluciendo que sus vidas perfectas sólo lo son en apariencia, ya que incluso existe la violencia de género e intrafamiliar que uno podría pensar sólo ocurre entre las clases más bajas y menos educadas. La miniserie hace hincapié en la normalización de la violencia física y psicológica provocada a mujeres fuertes, asertivas y con poder adquisitivo, cuyas características amenazan al frágil ego masculino. De esto van los siete capítulos de la serie, cuyo guión estuvo a cargo de David E. Kelley, resultando una de las grandes triunfadoras de la pasada entrega de los premios Emmy.