¿Podemos ponerle optimismo?
El Poder de la Pluma.
La naturaleza y los políticos están dándole a nuestro estado lecciones sobre las materias de las cuales tiene que cuidarse. Por ejemplo, el paso de Amanda y casi enseguida el de Cristóbal nos vinieron a recordar que nuestro campo yucateco, que debería garantizar suficiente producción para que nos alimentemos, vive prácticamente abandonado desde hace decenios, y de lo único que se puede “presumir” en ese sector de nuestra economía es el magro programa Peso a Peso.
Luego, apenas la semana pasada, también golpearon a la entidad la tormenta Gamma y el huracán Delta, y entonces el gobernador Mauricio Vila anunció que solicitará la declaración de emergencia para que una veintena de municipios reciba apoyo del Fonden, con el único inconveniente de que este fondo, ideado precisamente para contrarrestar los daños que causen los fenómenos hidrometeorológicos, estaba siendo –faltaba hasta hoy lunes la opinión de los ilustres senadores- desaparecido junto con otros 108 programas similares, para los cuales se había previsto un gasto en 2021 por un total de 68 mil 400 millones de pesos. Muchos analistas consideran que ese dinero ahora se utilizará para financiar el proselitismo político que desarrollará Morena, el partido del presidente López, a fin de ganar las amplias elecciones de 2021, y así consagrarse en el poder.
Parecería muy atinado que nuestro gobernador Mauricio Vila, tras constatar los estragos que causaron sobre todo las dos últimas perturbaciones meteorológicas, de inmediato haya solicitado al gobierno federal, cuyo titular, el presidente Andrés López, vino de visita a nuestro estado, que se autorice declarar el estado de emergencia para ayudar así sea parcialmente a una veintena de los municipios yucatecos más afectados por las inundaciones.
Si recordamos los grandes apuros que nos inflige la pandemia de Covid-19, el aumento diario de muertos a manos del crimen organizado y el asunto de los hospitales a medio construir en varios estados (entre otras cosas negativas), sería normal que nos pronostiquen (lo acaba de hacer el Fondo Monetario Internacional) una caída de 9% de la producción nacional en 2021, con una recuperación de 3.5% en 2022.
Y a todo esto, ¿qué dicen los ciudadanos? Según el presidente López Obrador, sus millones de seguidores están muy ilusionados con lo que él está logrando, sobre todo porque la corrupción “ya no existe”, desapareció como por arte de magia desde el 1 de diciembre de 2018, cuando él tomó posesión.
Vamos mal y nos advierten que nos puede ir peor. Lo más probable es que el actual gobierno federal -contra los deseos de su titular, y los de millones de otros mexicanos- pase a la historia por la gama de problemas y situaciones negativas que está generando o sufriendo, o las dos cosas. ¿Usted cómo lo ve? ¿Podemos ponerle al asunto un poco de optimismo?