Por ellos, por amor
El Poder de la Pluma.
Con alegría por los vivos y remembranza por los que se han ido, nos reuniremos esta Navidad bajo el amor, pero por los medios virtuales; con la añoranza de aquellos que nos dejaron durante este año, pero enérgicos en la esperanza de volvernos a encontrar.
Recuerdo bien aquella Navidad posterior a la muerte de mi abuelita, mi chichí a quien tanto amo, continúo haciéndolo pese a los años de ya no verla, porque los recuerdos y el cariño jamás se acaban como tampoco lo hace la emoción por un día volverla a encontrar.
Recuerdo que nos reunimos en su casa, tenía 12 años en aquel entonces y me encontraba realmente muy triste, ella apenas llevaba un mes de haber fallecido, no había tantos adornos, los que estaban era porque ella los había colocado. Estaba toda la familia, no había tantos gritos de los juegos entre primos, se sentía cierta dureza en los sentimientos, en el rostro de nuestros papás y tíos, hijos de mi abuelita fallecida. Pero aun así, dentro de toda esa historia nos teníamos los que nos habíamos quedado en la tierra. Ella, mi abuelita, quizá ya estaba mejor que nunca mientras nosotros nos quedamos a sentir esa tristeza; recordemos que el dolor es de los vivos al saber que no la veremos por aquí nunca más.
Esta Navidad habrá varias sillas vacías, casas en donde hace falta una personita especial y muchas de ellas a causa del Covid 19. Extrañar a esa persona es completamente parte de nuestra humanidad, así como la tristeza de no mirarla, pero también es humana esa paz que nos puede brindar el saber que esta persona se encuentra ahora en un lugar mejor del que nosotros podemos estar. Busquemos el consuelo en quienes se quedan, jamás olvidemos, recordemos hasta el más pequeño de los momentos que pasamos juntos y aunque su voz no resuene ya en nuestros oídos o en nuestra mente, que lo haga en nuestro corazón.
Ésta será sin duda una Navidad diferente, única. Pero en honor a todos aquellos que no están hagámosla a distancia, por videollamada o entre muy poquitos, sana, cortita, rápida con distancia. Recordemos también ser justos, si unos miembros de la familia no están por cuidarnos, tampoco debería de estar el resto. Cuidarse es de todos. Ésta es una Navidad difícil, pero en medio de la dificultad puede salir lo mejor del ser humano. Seamos pacientes, seamos congruentes. Antes que una fiesta está la vida. Dejemos lo testarudo de lado, el rebrote ya empezó y es probable que sí saliste de compras por un regalito en estos días ya estés contagiado. No hay nada más tonto que tener un síntoma y decir "no es Covid", esa es la causa número uno por la cual hay tanta muerte y contagio. Por amor a los tuyos, a los que se han quedado, protégete, no te quites el cubrebocas, no vayas a posadas. Estamos a tiempo de evitar que para el próximo año haya más casas con una silla vacía.