|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

La sentida muerte del contador Guido Espadas Cantón, acaecida el pasado 6 de junio, me motivó a dedicarle mi artículo de este domingo. Guido fue presidente municipal de Mérida en el período 1982-1984 y por invitación suya fui director de Cultura y Turismo del Ayuntamiento que él presidió. Guido y yo éramos contemporáneos, con apenas dos días de diferencia. Ambos estudiamos la misma carrera en instituciones distintas y los dos ocupamos cargos de dirección en el gobierno de don Carlos Loret de Mola Mediz (1970-1976).

En 1982, cuando Guido asumió la presidencia municipal, era muy exigua la oferta cultural que el gobierno de la ciudad ofrecía a los meridanos y visitantes, limitándose a las concurridas serenatas de los jueves del parque de Lucía, que yo había iniciado en 1965, durante la presidencia de don Agustín Martínez de Arredondo, y el programa recreativo dominical del parque del Centenario.

Había, pues, que reactivar el centro histórico con un programa semanal que a un mismo tiempo fuera cultural y turístico. Para entonces, el Ayuntamiento ya contaba con un ballet folklórico, dirigido por Humberto Novelo Ascencio, integrado durante la presidencia del ingeniero Federico Granja Ricalde (1976-1978). En la administración de Guido, a solicitud nuestra, el ingeniero Fernando Palma Burgos adecuó el jardín “Ermilo Padrón López”, ubicado en la parte posterior del edificio municipal, y allí construyó un amplio escenario de mampostería con iluminación escénica y plantas de ornato y dispuso un espacio para acomodar 300 sillas y otro para el público de pie.

Allí efectuamos la primera vaquería regional el lunes 5 de julio de 1982, a las 9 de la noche, y allí continuamos haciéndolas durante dos años y medio, antes de que las pasáramos a la parte frontal del palacio municipal en enero de 1985. Por cierto, en la pared que servía de fondo al escenario, ahora ya demolido, hay una placa de piedra con la siguiente leyenda: “H. Ayuntamiento de Mérida 82-84, Vaquería Regional No. 100, 2 de julio de 1984”. El baile de salón forma parte de nuestro costumbrismo meridano.

En el siglo XIX, hubo varias sociedades coreográficas donde los meridanos concurrían a bailar según su clase social, como La Lonja Meridana, la Sociedad La Unión y la recreativa popular Paz y Unión. Eso nos motivó a crear el programa municipal “Remembranzas Musicales” en el parque de Santiago, que Guido inauguró el 14 de febrero de 1983.

Al principio nadie bailaba, pero pronto cundió el buen ejemplo y así ha continuado. La primera orquesta con la que se contó fue la Banda del Recuerdo de Olegario Duarte y el primer conductor fue el imprescindible Mario Chacón Medina. También en este período creamos Las Noches Románticas de la Ermita, que se efectuaban los viernes con mucho éxito, y alguien las desapareció después. Descanse en paz Guido Espadas Cantón.

*) Investigador emérito de la ESAY

Lo más leído

skeleton





skeleton