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Como pocas veces, la magnitud de la situación actual nos debe llevar a determinar prioridades, entendido el término como “una cosa que es más importante que otra”. De ahí que, por ejemplo, gobiernos estatales hayan dado un paso adelante del federal para atender la emergencia de salud y económica en que nos ha sumido la pandemia del coronavirus Covid-19.

Y no se requiere ser experto para entender que algo que debe ser prioritario es cuidar la salud, de ahí el confinamiento, los llamados a extremar precauciones con niños y adultos mayores; también brindar equipo adecuado y protección al personal de hospitales para que realicen su labor con seguridad.

En el tema económico, tampoco se necesitar ser especialista para entender que, conforme avanzan los días de la pandemia, se paralizan los sectores productivos del país, lo que lleva a causar estragos en todos los niveles de la población y amenaza la seguridad y el patrimonio de las familias. Esta situación, de la que se tarda años en salir, ya la están atendiendo países como Estados Unidos y los europeos que, inmersos en su primera prioridad, la salud, ya dictaron medidas emergentes para proteger a los ciudadanos y han comenzado a diseñar planes económicos para emerger de la crisis que se anuncia como la peor de la historia de la humanidad.

Aquí en nuestro país, donde ya se perdieron más de 346 mil empleos formales por la emergencia sanitaria (del 13 de marzo al 6 de abril, según cifras de la administración federal), se exhorta a las grandes empresas “expulsoras” de este primer bloque de trabajadores a preservar su planta laboral, pues además de perder su ingreso familiar, los despedidos también pierden el derecho a la salud, con lo que volvemos a la prioridad.

Pero poco o nada se hace para apuntalar a las empresas que son el motor de la economía y generadoras de fuentes de empleo.

Y si los tiempos son de unidad y fortaleza, el ejemplo se ha evidenciado en los estados, como en Yucatán, que siempre ha dado un paso adelante desde el inicio de la crisis: la suspensión de clases se hizo dos semanas antes que a nivel central; se dictaron medidas para proteger a mujeres y adultos mayores en los empleos; se condonaron algunos pagos de servicios y en otros se mantuvieron los descuentos; se lanzó el Seguro de Desempleo y se abrió la cartera para otorgar créditos a campesinos, artesanos y micro y pequeños empresarios.

El propio gobierno federal ha reconocido estas acciones al señalar que Yucatán, junto con Nuevo León y la Ciudad de México, ha cubierto todas las Respuestas Regulatorias a la Epidemia del Covid-19. En este contexto, se han emitido en la entidad decretos y acuerdos para enfrentar la pandemia y atender sus efectos en lo actual y pasada la contingencia.

Es decir, se han entendido y atendido las prioridades. La nuestra, aunque parezca disco rayado, deber ser cuidarnos y cuidar a nuestra familia.

Anexo "1"

Desempleo en Quintana Roo

A la cifra de desempleo, dada a conocer por el Gobierno federal, Quintana Roo “contribuyó” con más de 63,800 despedidos, encabezando la lista por entidades, donde 21 de las 84 empresas más afectadas operan ahí. La zona norte del Estado ha sido la más golpeada, en razón de su dependencia del turismo y servicios alternos.

Apenas el lunes, el Consejo Coordinador Empresarial del Caribe había calificado de insuficiente e inviable el Programa Emergente para el Bienestar y el Empleo presentado por el presidente de la República el domingo, al señalar que “no es sostenible ni siquiera a corto plazo” y le reprocharon su “modelo paternalista”.

Difícil panorama se advierte para los quintanarroenses, pues el “pico” de la pandemia tardará unos días o semanas y la recuperación será de meses o años.

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