Reciprocidad o nada
El Poder de la Pluma.
Las personas que viven su vida al límite en todos los sentidos, quieren y esperan las cosas de manera inmediata, sin importar si las otras personas tienen algo más que hacer, e incluso sin importarles las demás personas. Podría decirse que son altamente egoístas, pues esperan que la gente les dé y atienda en tiempo y forma, mientras ellos no están dispuestos a dar absolutamente nada de su persona para conceder reciprocidad. Esta palabra, el ser recíproco, no forma parte de su esquema de vida, por eso sienten el deber de los demás como algo obligatorio hacia ellos. No hay peor manera de concebir el mundo y el amor a sí mismos que la de esta teoría.
Aquí te comparto cinco mantras de la reciprocidad:
1.- Si no das, no pidas.- El acto más egoísta del hombre se presenta cuando le pides algo al universo, a Dios, a las personas o a quien quieras ponerle nombre. Pedir cuando no te has atrevido a dar es el acto más ruin y nefasto de un ser humano. Lo común es dar sin esperar recibir nada a cambio, el universo proveerá. Pero, si no das, por lo menos no pidas, seamos congruentes.
2.- Si no apoyas, no critiques.- De críticas destructivas ya tuvimos suficiente en estos tiempos. Así es que si no tienes nada bueno y nuevo que decir, mejor no digas nada. Se trata de apoyar y ayudar a las personas de la manera que ellas lo necesiten, no de tratar de hundirlas sin fundamentos. Recuerda que pudieras necesitar de lo mismo algún día.
3.- Si no sumas, no restes.- A este mundo venimos a sumar, y en el mejor de los casos a multiplicar. Ya de ti dependerá si quieres dividir. Pero restar no está en el guión de tu pequeña participación en este espacio llamado mundo y vida. Si no te interesa integrarte a sumar a ningún proyecto de vida, lo entiendo, pero tampoco le restes, mejor sigue tu camino.
4.- No hables si no sabes.- Como raza humana se nos da mucho el hablar de ciertas cosas como si fuéramos dueños y poseedores absolutos de la verdad, y en ocasiones no tenemos ni la más remota idea del tema que estamos hablando o de la persona a la que nos referimos, simplemente no podemos quedarnos callados y decir: no sé, no lo conozco. Es mejor el silencio que la calumnia y la mentira.
5.- Si no preguntas, no supongas.- Como uno de los cuatro acuerdos toltecas, no supongas, mejor pregunta. Ya dice el gran dicho: preguntando se llega a Roma, así es que si te da pena o vergüenza preguntar o simplemente no te da la gana, púes tampoco supongas en bien de la salud mental.