La primavera está por llegar con su encanto y calidez… bueno, a decir verdad, la calidez roza en lo extremo y tal parece que nos está alcanzando de una manera abrumadora. Plantas, árboles, animales, insectos sienten los estragos del planeta que habitan sin tener claro el porqué. Ellos ignoran lo que nosotros tenemos bastante claro, el cambio climático del cual somos responsables, los puede llevar a un desajuste ecológico que acarrearía consecuencias graves en el ecosistema, la agricultura y los polinizadores. Las especies pueden colapsar si no logran adaptarse al cambio.

Lo anterior está ocurriendo con las abejas, una especie fundamental para la polinización. Como sabemos, las abejas son insectos que están dotados de la capacidad de polinizar y regularizar las cadenas alimenticias. De acuerdo con la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), estos pequeños insectos aportan con su polinización una tercera parte de los alimentos que se producen en el planeta, luego, las plantas silvestres dependen de ellas en un 90% y finalmente, estas plantas son el sustento de miles de aves. Básicamente, todo es una cadena de la cual las abejas son protagonistas, de aquí la importancia de su vida en el planeta. No sólo el cambio climático es el detonador que está acabando con las abejas, de igual manera la urbanización acelerada, los plaguicidas, son el cementerio que estamos edificando sobre estos valiosos insectos.

En Yucatán existe una abeja que es endémica y se le conoce como la abeja maya, o abeja Melipona. Platicando con Emmir Cámara, apicultor de la zona de Buctzotz, quien optó por la crianza de abejas africanas, pues dice, este tipo de insecto se adapta más a las temperaturas extremas. Nos comenta lo delicado de la crianza de las abejas mayas (Melipona) y los cuidados que requiere y enfrenta un apicultor: esta abeja también está siendo afectada por el cambio climático. A pesar de que en el Estado las altas temperaturas son un hecho conocido, es impresionante ver y sentir, cómo las altas temperaturas se ha salido de la norma establecida, afectando de manera alarmante la producción de la abeja maya, ya que provoca la muerte del insecto, la pérdida de las colmenas y por ende la disminución de la producción de miel.

Por otro lado, un estudio realizado por la Agencia Iberoamericana para la Difusión de la Ciencia y la Tecnología afirma que las abejas africanizadas de Yucatán favorecen la producción de alimento para las abejas nativas. Por una o por otra razón el cuidado de este valioso insecto nos lleva a la reflexión: ¿hasta dónde vamos a llegar para revertir el cambio climático?, ¿qué tiene que suceder para que podamos darnos cuenta del daño que le estamos haciendo al planeta? Seamos conscientes del valor que tiene cada especie, todas tienen una razón de ser. Hagamos de nuestro mundo un lugar mejor y no bajemos los brazos para revertir el daño infundido al planeta… Ya lo dijo en su tiempo Albert Einstein: “Si las abejas desaparecieran de la faz de la tierra, a la humanidad le quedarían cuatro años de existencia”.