Acostúmbrate

Columna de Roberto Díaz y Díaz: Acostúmbrate

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Al hombre se le ha definido como “un animal de costumbres”. Y bueno es reflexionar hoy qué tanto nos hemos acostumbrado a nuestros actos, pensamientos y acciones.

Acostúmbrate a hablar sólo de las cosas que están funcionando en tu vida. Si no las puedes resolver, olvídalas y pasa a otra cosa. “Si vives hablando mal de ti, te puedes volver profeta”.

Tienes que acostúmbrate a pensar que la vida es bella y a observar los detalles que la hacen así. No hay que olvidar que la vida es maravillosa, aunque no lo veamos; y Dios siempre es bueno, aunque no lo entendamos.

Acostúmbrate a tener muchas razones para sentirte bien. Quita de tu mente los pensamientos negativos y llénala de pensamientos y sentimientos positivos. “No dejes que aniden en tu mente los pájaros del infortunio”.

Es muy importante que te acostumbres a ver lo que te gusta en las otras personas. Expresar un piropo a los demás hará que sonrían contigo. Piénsalo y siéntelo: “acostúmbrate a pensar que lo mejor está por llegar”.

Acostúmbrate a controlar las conversaciones internas, sabiendo que tú eres el creador de tu realidad. El chisme, la murmuración y la discordia verbal arruinan tu mente y lesionan tu honra y la de los demás. Nunca tevas a arrepentir de la palabra o el comentario que no dijiste ni guardaste.

Cuida que tus palabras sean blandas y suaves, pues si te las vas a tener que tragar, no te van a lesionar, ni a indigestar.

Acostúmbrate a ser positivo. Esto genera alegría, optimismo y llena tu vida de amor. Acostúmbrate a tener la intención de ser positivo, para que las personas que entren en contacto contigo siempre evolucionen o permanezcan donde estaban, pero nunca nadie retroceda jamás a raíz de haberte conocido. Y que cuando alguien llegue a tu vida se lleve un poco de tu entusiasmo y se llene de felicidad.

Acostúmbrate a disfrutar la compañía de cada persona y a valorar su aportación a tu existencia. Acostúmbrate a vivir y dejar vivir a los demás en paz y armonía. No lo olvides: “No eres mejor porque te alaben, ni peor porque te critiquen.” El acostumbrarte a respetar las diferencias hace que crezcas como un ser humano en plenitud y en felicidad. Acostúmbrate a dejar amor en las otras vidas.

El ser injertador de alegría, optimismo y felicidad en los demás genera que te vuelvas un imán de cosas bellas y positivas, en tu persona y en la de los demás.

Acostúmbrate a valorarte, admirarte, amarte y respetarte; recuerda que eres ¡un ser magnífico, espléndido y notable! Acostúmbrate a serte fiel a ti mismo, y sobre todo ,a celebrar tus logros.

Hoy, mañana y siempre, acostúmbrate a: antes de rezar, perdonar; antes de hablar, escuchar; antes de escribir, pensar; antes de gastar, ganar; antes de criticar, esperar, y antes de rendirte, probar.

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