Rompiendo protocolos
Daniel Uicab Alonzo: Rompiendo protocolos.
Ocurrió el 21 de abril de 1987, al conmemorarse el aniversario de la defensa de Veracruz de 1914, efeméride que la Armada celebra con gran solemnidad para recordar la gesta heroica de los cadetes de la H. Escuela Naval. En el bulevar de Chetumal, cerca de la glorieta “Dos mulas”, el principal invitado al presídium era el recién estrenado gobernador Miguel Borge Martín. La cita fue a las 08:00 horas, pero no llegó a tiempo. A las 08:05, el comandante de la Zona Naval ordenó iniciar la ceremonia; minutos después apareció el mandatario estatal... y ocupó un lugar en la primera fila, ya no en el presídium.
Si el protocolo es el conjunto de reglas establecidas, ya sea por norma o por costumbre, para actos oficiales, ceremonias solemnes y otros eventos, en esa anécdota ¿de quién fue la descortesía?, ¿del anfitrión o del invitado? Algo así ocurrió el pasado domingo en Querétaro, al conmemorarse el CVI aniversario de la promulgación de la Constitución de 1917. El protocolo dicta que los representantes de los poderes Legislativo y Judicial flanqueen al Ejecutivo en la mesa de honor, pero los desplazaron a los extremos. De la Presidenta de la SCJN se criticó que no se haya puesto de pie al ingresar el Presidente al recinto, pero sí lo hizo cuando se rindieron honores a su investidura. Y ambos omitieron citar al otro en sus discursos.
Lo cierto es que se evidenció la distancia entre poderes. No hubo falta de respeto a la investidura presidencial, sí a los representantes de los otros poderes al transgredir el protocolo de hace años. Esa ruptura fue capitalizada por uno y otro bando y en la habitual réplica en las “mañaneras” del Mandatario. “Está ahí, la ministra por mí”, dijo todavía el miércoles, señal de que dolió el discurso de la Presidenta de la SCJN, quien señaló:“La independencia judicial no es un privilegio de los jueces, es el principio que garantiza una adecuada impartición de justicia para hacer efectiva las libertades y la igualdad de las y los mexicanos”. Fue, como tituló Novedades Yucatán al día siguiente, un “Respete, Presidente”.
En ese escenario, los secretarios de la Defensa y Marina fueron “muros” entre Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Curioso porque si algo caracteriza a las fuerzas armadas es el respeto a los protocolos –establecidos en la legislación castrense– para lo cual tienen Procedimientos Sistemáticos de Operación (PSO) para cada acto de la vida militar, desde la rutina diaria hasta el evento más solemne. Sobre el tema, respecto al saludo, el Reglamento del Ceremonial Militar establece que es obligación mutua y que: “en todo caso el inferior será el primero en saludar […]. Además, es un elemental deber de cortesía. En todo caso, el primero en saludar es el que dará muestras de mayor educación”.
Quizás eso faltó en Querétaro de parte de los actores principales: cortesía y educación. Porque, como reza el lema del escudo de la Heroica Escuela Naval Militar “El que ha de reprender, debe ser irreprensible”.
Anexo “1”
Entre gobernadores
Respecto a la anécdota narrada en el primer párrafo, esa fue la única ocasión que el entonces comandante de la Zona Naval de Chetumal y el Gobernadorquintanarroense coincidieron en un evento oficial, y no fue por lo acontecido aquella mañana, desencuentro que no recordamos cómo terminó entre ambos funcionarios, aunque suponemos que fue de forma institucional, como corresponde a sus responsabilidades públicas, y como siempre se han conducido los mandos navales con las autoridades civiles.
Destacamos este hecho porque el jefe naval había mantenido una relación muy cordial con Pedro Joaquín Coldwell (antecesor de Borge Martín), a quien llamaba “joven Gobernador”; meses después, en 1988, fue asignado al mando de la entonces Primera Zona Naval de Tampico, donde estuvo breve tiempo,pues de ahí se fue a hacer campaña para una curul en el Senado, por su natal Campeche.
Cumplida la misión legislativa pasó a situación de retiro.