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Decía Joaquín Sabina que “las musas no cobran derechos de autor”, pero resulta que eso fue antaño, las de ahora son musas y escritoras a la vez. Se inspiran unas de otras, de la vida, de sus anhelos, sus miedos y otros temas mundanos como el desamor, la venganza, el erotismo y las despedidas.

Al menos, estos son algunos de los temas que están presentes en el libro “Despedida a una musa y otras despedidas” de Aída López, publicado y disponible en Libros en red (www. librosenred.com), el cual contiene una veintena de relatos que destacan por una gran versatilidad en sus tópicos y formas narrativas, así como en la destreza para hacer de lo breve y conciso una de las mejores herramientas para narrar y seducir a sus lectores.

El microcosmos al que nos invita a adentrarnos con cada cuento ronda entre el elemento fantástico y cuadros cotidianos en los que casi siempre acecha una extrañeza que en realidad no perturba, ni incomoda, sino todo lo contario: un cielo verde, una mujer flotante, mujeres bellas que desaparecen, aves negras, mujeres locas, asesinas, suicidas y hasta artificiales, así como episodios irremediables de la vida como el dolor, las enfermedades, las pérdidas y las despedidas, son sólo algunos de esos micromundos.

Aunque Aída no tiene la intención de escribir únicamente con un enfoque femenino, pues algunas voces narrativas son desde la visión masculina, en el libro hay personajes femeninos icónicos en los que hay un claro perfil psicológico que, sin necesidad de ahondar en la excesiva descripción ni el detalle, se retratan y caracterizan desde sus circunstancias y los aconteceres narrados en cada historia. Sin duda, ésta es una de las mejores habilidades de la autora.

El cuento es uno de los géneros más leídos y preferidos por los lectores, bueno al menos el mío lo es desde hace mucho tiempo, y me parece que en Yucatán tiene un gran auge entre la comunidad de escritores en los que ya se reconocen y destacan algunas voces en particular de diferentes generaciones. Aída si bien ha sido reconocida en varios certámenes literarios, creo que con este su primer libro nos deja ver, como afirma Hernán Lara Zavala en el prólogo, que “entra a la narrativa con pie derecho y que seguramente dará todavía mucho de qué hablar”.

Seguro será así porque además la autora tiene un hondo compromiso y un tórrido romance con la escritura, ha asumido el acto de narrar al cien por ciento, no como un pasatiempo, sino como un oficio o un matrimonio en que seguro habrá momentos de amor y odio, como en toda relación que se respete, habrá dudas e inquietudes y posibles miedos, pero nunca una despedida. Aída seguirá escribiendo por muchos años más y este primer libro es su compromiso de que vendrán otros para que sigamos leyendo a la musa que decidió escribir y seguir siendo aún una musa.

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