Casino Romance en Salón Gallos: la emoción de las primeras veces
Enrique Vera: Casino Romance en Salón Gallos: la emoción de las primeras veces
El debut de una banda es parecido al debut de un futbolista. Detrás de la línea de banda, el pambolero encuentra en su primera vez los nervios a galope, las canillas palpitantes, el look medio descompuesto, la talla del uniforme equivocado, la excitación, el vértigo, la incertidumbre. Arriba del escenario, la banda encuentra lo mismo, pero hay que responder más de prisa. Uno, dos, tres. Disfruten la función.
La emoción de las primeras veces: el primer día en la universidad, el primer beso con esa persona especial, el primer concierto al que fuiste, el primer viaje solo que hiciste, la primera canción que dedicaste. Todas esas primeras veces que forman parte de la educación sentimental de nuestra vida.
Es todo esto en lo que pienso mientras pido un agua mineral en la terraza del lugar y miro al fondo de la sala donde un grupo de chicos van y vienen; estos se entrelazan, comparten miradas, complicidades, chistes. Si alguna vez Mérida tiene una escena musical como la tuvo Monterrey con la Avanzada Regia o como las diferentes corrientes que surgieron de Guadalajara o la Ciudad de México necesita un universo compartido. Todavía no lo tiene. Tal vez algún día. Mientras aquí están estos chicos haciendo lo que tienen que hacer: tocar y divertirse.
El concierto lo abre los Ikigai. Me llevo grata sorpresa: una mezcla de rock ambient psicodélico. El look y movimientos de cabeza de su vocalista me recuerdan alguna banda de los años setenta. Su bajista es una suerte de Nikolai Fraiture con lentes oscuros y un pañuelo de señora pudiente de los años 50s. El sonido es fluctuante, envolvente, pero también rugiente, grave: “Se qué algún día, como todos los días”, sentencia en algún momento su frontman con encanto.
Entre el público y las bandas no hay jerarquías. Se puede percibir la complicidad en la interacción. Seguro hay amigos, familia, novias, primos, y alguno que otro despistado. En el ambiente permean risas juveniles, entusiasmo, arrojo. En el manual de iniciación de una banda no hay jerarquías, un par de miembros de Casino Romance fungen como boleteros en la entrada o como ingenieros de audio, “uno para todos y todos para uno”, escribió Alexandre Dumas.
Después de las complicaciones logísticas, la espera terminó. Casino Romance está listo para salir escena y presentar su álbum “Melodramas en Tiempos Extraños”. Todos en la línea de banda: los nervios a galope, las canillas palpitantes, el look medio descompuesto, la excitación, el vértigo, la incertidumbre, ahora la expectación del público, el calor de la gente reunida, las miradas de las luces. Suena el primer acorde de “Habitación”. ¿Qué le dice un entrenador a un debutante? Las indicaciones salen sobrando. Que salga a divertirse.