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¿ Cómo pudo estar tantas décadas Sara Mendoza en el silencio y la oscuridad sin que sepamos de ella? Fue una gran escritora de principios de siglo XX que no aparece ni en los diccionarios ni enciclopedias de la literatura yucateca; desdibujada por completo del panorama literario, hasta el 2024, año en que salió a la luz una de sus novelas escrita en 1955, “Un baile en el Liceo de Mérida” (Sedeculta-Indep).

Fue una mujer que desbordó en letras sus propios sentires, sus ideas, que desafió el limitado mundo que tuvo como mujer-esposa-madre a través de la lectura y la escritura, y en la absoluta discreción y autogestión escribió y difundió su propia obra, incluso para tener recursos para cuidar de su familia, algo impensable para su época.

Nunca tuvo la oportunidad de rodearse de círculos literarios, de talleres de escritura o tal vez siquiera poder dialogar de sus lecturas con otras u otros escritores; tal vez nunca tuvo una presentación de uno de sus tantos libros que abarcan no sólo novela, también zarzuela, teatro regional yucateco y poesía.

Pienso en ello y pienso también que aunque seguramente a ella nada de esto le fue extraño, la vida fue injusta para tantas mujeres escritoras como Sara Mendoza que en vida no pudieron autonombrarse como tal, y tampoco estar en el escenario literario dominado casi por completo por los hombres.

Por eso cobra especial relevancia rescatar a las escritoras del olvido, y que podamos hoy leerlas nos permite ampliar el horizonte de la literatura de esa época en Yucatán, y gracias a ello ahora sabemos que se hablaba de algo más.

En la novela “Un baile en el Liceo de Mérida”, Sara Mendoza, al puro estilo del Naturalismo, nos muestra la vida de un hacendado yucateco a través de un personaje alter-ego de la autora que posee una gran consciencia crítica y social, pues logra darse cuenta de la explotación y la esclavitud velada que persistía en la época del oro verde.

La novela se vuelve además una gran recreación de lugares y costumbres, como los bailes, el Carnaval y la vida en las haciendas que nos transporta a un Yucatán muy lejano al actual. “Sara Mendoza tuvo la distinción de escribir por amor, por disciplina, por ejercicio, por recreación, por imaginación, por escape, por arte, por darse a sí misma un lugar que la historia no supo darle a ella ni a muchas otras mujeres que se volcaron a la escritura sin libras mensuales y sin una habitación propia”, son las palabras de I. González Sosa sobre esta gran escritora, su bisabuela; nadie mejor que un familiar suyo para emprender la tarea de reconstruir su biografía y bibliografía.

Gracias Sara Mendoza por darnos las pistas para encontrarte, por estar en el momento justo para poder publicarte, y para hacer un gran equipo para lograrlo con I. González Sosa, José Juan Cervera y Alilán Catalán González. Queremos que te lean y descubran a la escritora que amó mucho, que escribió y leyó mucho y a la que pudimos volver a encenderle las luces que ya nunca más volverán a apagarse. 

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