Sin bancos… no hay neurosis

Juan Manuel González: Sin bancos… no hay neurosis

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Las visitas a los bancos por la razón que sea, se convierten algunas veces en experiencias que nos dejan un mal sabor de boca. Tal pareciera que solo existiera una marca de bancos en todo el mundo, pues entre el trato y la tramitología que hay que realizar para algunas operaciones en ellos, resulta ser muy molesta y engorrosa. Y mientras más demuestras molestia e incomodidad, peor se ponen, pues sus políticas son muy cuadradas. Eso sí, no vaya a llegar un familiar, porque dejan todo por atenderlo aunque a dicho pariente le falten más de la mitad de los papeles requeridos para el trámite que va a realizar.

Por eso hoy aquí te comparto 5 cosas que desesperan en el banco:

1. La fila acordonada cuando el banco está vacío: No encuentro nada más estúpido en la vida que tener que darle todas las vueltas mareadoras a las filas acordonadas, cuando no hay una sola alma en el banco, pues están estratégicamente diseñadas para que no les des la vuelta. Y si lo llegaras a encontrar, muchas malas caras te mirarán directo a los ojos en plan de reproche por no haber realizado el maratón del zigzag.

2. La cajera que simula estar ocupada: Esa obra maestra de actuación cuando un cajero o cajera simula estar ocupado sellando papeles (hace mucho que se dejaron de utilizar los sellos), es digna de ganarse un premio Oscar. Eso sí, una vez que te detectan que eres de los que lleva depósitos con mucho cambio, jamás te voltearán a ver, aun ya no atendiendo a nadie.

3. El que habla por teléfono celular: Este majadero, definitivamente este es el único del lado del cliente, es el que aun viendo letreros de todo tipo a su alrededor en donde se prohíbe el uso del teléfono celular, a él le importa muy poco y no solo habla por teléfono, sino que habla en voz muy alta. Y cuidado le menciona alguien que está prohibido hablar, pues su mirada te dirá: ¿y a ti qué te importa?

4. La persona que te regaña por cruzar la línea: Cuidadito vayas a cruzar esa línea imaginaria que se encuentra después del área acordonada, sin ser llamado, porque en un instante cuando te aproximas a la ventanilla de la caja una persona te dirá: por favor no cruce la línea hasta que sea llamado por un compañero.

5. Cruce de conversación entre cajeras: Esas personas en caja que andan conversando de la telenovela o del chisme de la comadre y su vecina mientras te están atendiendo es de lo más desagradable, sobre todo cuando no recuerdan el número que llevaban a la hora de contar el dinero.

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