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Como una forma de continuación a mi colaboración anterior, “Octubre: mes de los muertos”, y en inspiración por el libro “El eco de la piel”, de Elia Barceló, les comparto la siguiente reflexión; que curiosamente aún sin haber leído este libro, en pos de ser recordada creé la frase: “Escribo para no morir cuando ya no tenga vida”, que hoy forma parte de la portada de mi libro “No estamos locas”.

¿Quiénes somos? Responder esta pregunta nos puede colocar en el entredicho de no saber qué contestar, porque somos muchas cosas y depende también de a quién le preguntes. Y es que este cuestionamiento ha dado pie a innumerables teorías, discursos, ensayos y creencias que buscan incansablemente la respuesta que nos defina. Yo, en lo particular, querido lector, me maravillo viendo y viviendo la misteriosa complejidad del ser humano, tanto en su corporalidad como en su mente.

Todos nosotros nos pasamos construyendo una identidad, un Yo en el que nos sintamos pertenecientes y auténticos, vivimos nuestra vida en este ir y venir de transformaciones compartiendo lo que queremos ser y en lo que nos vamos convirtiendo y vamos dejando huella en cada una de esas vidas en las que aparecemos en partes de su historia.
Pero, ¿qué pasa después? Cuando ya no somos en esta vida y quedamos sólo en la memoria de la gente con quien la compartimos. Dejamos de ser lo que queríamos y nos convertimos en historias, en emociones, en sensaciones y entonces mirando desde los ojos ajenos nos transformamos en personajes de cuento de esas personas.

Recuerdos. Recuerdos que se convierten en palabras y de boca en boca van formando una persona nueva, una imagen no vívida, pero palpable con el alma de aquellos que en el futuro nos conocerán tan solo de oída. Y entonces, desde el más allá, confirmaremos una vez más que lo único que nosotros controlamos es lo que hacemos, lo que decimos y lo que pensamos, mas no lo que somos.

Y tal vez suene confuso porque hay quienes dicen que somos lo que pensamos y lo que hacemos, pero, ¿y si lo que hicimos no fue percibido como nosotros creímos o quisimos en vida o simplemente lo que hicimos fue correcto para nosotros y para otro no?

Nos pasamos la vida lamentando un pasado que ya no es y aguardando por un futuro que tal vez no sea olvidándonos de vivir nuestro presente, que es lo único que tenemos. Nos esforzamos tanto por ser recordados en el futuro, por dejar un legado para los demás que dejamos atrás vivir el hoy para nosotros.

Es lo único que nos llevaremos con nuestro último suspiro; la vida que vivimos para nosotros, porque, el cómo será contada sólo va a depender de los demás.

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