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l tirahule sigue de vacaciones. Hoy nos ocuparemos de algunas palabras empleadas por hispanohablantes residentes en los Estados Unidos de América. Es evidente el influjo que el idioma inglés tiene en la lengua española. Veamos algunos ejemplos.

UNA CORA. En una ocasión mi media naranja y yo paseábamos por la avenida Collins de Miami Beach, cuando ella quiso adquirir un recuerdo que le llamó la atención. La morena antillana que atendía el puesto de baratijas le entregó la pieza pedida, le informó de su precio y al contar las monedas que traíamos para hacer el pago, las cuentas no nos salían. Para ayudarnos, la dama en cuestión dijo a mi esposa: “Sólo falta una cora, niña, una cora”. Sin entender el asunto, ambos nos miramos extrañados. Para ilustrarnos, la morena nos señaló una moneda de 25 centavos de dólar. Era un “quarter dollar”.

ESTÁ REINANDO. Un año después del episodio anterior, alojados nuevamente en un cómodo hotel de la hermosa Miami Beach, desde temprano ambos cónyuges quisimos emprender unas correrías por el rumbo. Bajamos al recibidor de nuestro hospedaje y al dirigirnos hacia la salida, la amable encargada de la recepción, con marcado acento cubano, nos advirtió: “Tengan cuidado, está reinando”. Extrañados por esas palabras, los dos decidimos asomarnos a la puerta a ver qué pasaba y entre sonrisas contemplamos una fuerte precipitación pluvial. La gentil recepcionista había españolizado la voz “raining” (lloviendo), gerundio del verbo inglés “rain”.

PARA EL CRISMA. Al establecerse en Mérida la televisión por cable, en nuestro hogar contratamos ese servicio por el que, previo pago de una buena suma de dinero, pudimos admirar la programación de otros países. Vimos emisiones de la televisión española y las del Tío Sam. Estas últimas en su mayoría difundían programas en un “español” que no era precisamente el de la lengua de Cervantes.

Cierta tarde a finales de noviembre sintonicé el aparato televisivo al inicio de un modesto programa transmitido desde Los Angeles, a cargo del locutor (ahora se dice conductor) Johnny Canales. El hombre presentó a un par de cantantes de segunda o tercera filas y luego anunció: “Queridos televidentes, les tenemos un regalo. Rifaremos dos pasajes de avión para ir a la Ciudad de México para el Crisma. ¡Sí, para el Crisma! ¡Qué gran regalo! ¡Van a pasar el Crisma con sus familiares, en México!”.

¡Ah, caramba! La Navidad se ha vuelto una deformación del Christmas Day de los estadunidenses. Estas corrupciones del lenguaje causan grave daño al habla de Castilla. Muchas personas emplean el término “spanglish” para designar ese español deformado. Con los avances tecnológicos cada vez mayores, algún día todos los mexicanos hablaremos el mentado “spanglish”.

La semana próxima regresa el tirahule. 

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