Taxistas en Quintana Roo y en Yucatán

Daniel Uicab Alonzo: Taxistas en Quintana Roo y en Yucatán.

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Cancún vive hoy lo que hace algunos años se vivió en Mérida –durante varios meses– con el inicio de operaciones del servicio de taxis de la plataforma Uber. Los gobiernos municipal y estatal enfrentan en el vecino Estado una dura batalla contra un “monstruo” que por años se dejó crecer, ya que el Sindicato de Taxistas “Andrés Quintana Roo” (como la mayoría) representa el corporativismo ideal para los partidos. Y ahí están las consecuencias.

Se sabe de este problema lo siguiente: sin una reforma a la Ley de Movilidad de Quintana Roo, Uber comenzó a dar servicio el 16 de enero, luego de que el día 11, un Tribunal Colegiado falló a favor de la operación y de que socios conductores podrían acceder a la aplicación y registrar su vehículo para dar servicio. Según el fallo, “las leyes de transporte en Quintana Roo son inconstitucionales y no pueden aplicarse para Uber, pues es un servicio privado y no público”. La Suprema Corte ya se había pronunciado en ese sentido. El amparo también establece que deben regularse las plataformas de transporte. La gobernadora Mara Lezama busca agilizar la expedición de un nuevo reglamento de movilidad con ese fin.

Mientras tanto, residentes de Cancún y turistas sufren las consecuencias de acciones violentas de parte de los taxistas, con grave afectación a la imagen de ese destino, que llevó a Estados Unidos a emitir una alerta de viaje a sus conciudadanos. Hoy se convocó a dejar de usar el servicio de taxis. El asunto no es mínimo, como alguien piensa, sino que puede seguir escalando, a menos que las autoridades hagan entrar en razón a los taxistas inconformes, que no desean perder el poder económico y político que detentan, ellos le llaman sus “derechos”.

Porque el servicio de plataformas no es competencia desleal y puede ser opción para los miles de “martillos” que, además de luchar por la cuenta y el salario del día, deben lidiar con las exigencias y malos tratos de los “patrones” de las placas y sus líderes. En Yucatán, tras meses de zozobra y violencia hacia los “independientes”, vino una calma y muchos taxistas del Frente Único de Trabajadores del Volante (FUTV) optaron por trabajar para Uber o para ambos, otros formaron agrupaciones autónomas y los del FUTV mejoraron y abarataron un poco el servicio, además tienen la exclusividad de las rutas foráneas. Todos salimos ganando.

Eso sería lo sensato en Cancún y también en Chetumal, donde por años el Sindicato Único de Choferes de Automóviles de Alquiler (Suchaa) literalmente ha impedido que exista un servicio de transporte urbano de pasajeros. Ningún particular y menos el Gobierno municipal han querido propiciarlo, para no alborotar a este poderoso gremio, que sigue recibiendo más placas en concesión con las que inunda la ciudad de taxis.

Decíamos que la solución no es fácil en Cancún. Las partes deben sentarse y analizar los pros y contras, sin perder el objetivo de privilegiar al ciudadano y al visitante. De lo contrario, matarán a la gallina de los huevos de oro.

Anexo “1”

…Y en Chetumal

Casi dos mil taxistas circulan en Chetumal, la capital quintanarroense. Pequeña ciudad, con zona libre en decadencia y cuyas principales fuentes de empleo son: el gobierno o… ser taxista, la segunda es la actividad más demandante.

Circulan esos casi dos mil taxis y camionetas (aún les siguen llamando “combis”) sin competencia. No hay transporte urbano de pasajeros. Como ya mencionamos, no ha surgido un Gobierno que se atreva a introducir este servicio tan necesario. Se argumenta lo barato del taxi, la dejada mínima fluctúa entre 23 y 25 pesos, pero son distancias muy cortas. Además, los choferes condicionan los viajes. No hay nadie que les sancione o ponga un alto. Por supuesto, también se oponen al ingreso del servicio de plataformas, por obvias razones.

Hay que aprovechar la coyuntura, esta es una buena oportunidad para brindar a la población un servicio primordial como es el transporte en camiones, que abonaría a la movilidad de los chetumaleños, a su economía y a reducir el parque vehicular (200 taxistas tienen más de una década de antigüedad, según reconoce el líder del Suchaa). No dejen caer a la capital del Estado.

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