Tolerancia, un valor que no vale
David Ojeda: Tolerancia, un valor que no vale
Recuerdo muy bien que cuando estaba en la primaria todos los viernes teníamos una clase de valores humanos y uno, que mucho se repetía y que con insistencia nos invitaban a fomentar y llevar a cabo era la tolerancia, siendo este, según mis maestros de aquel entonces, uno de los más importantes valores para el desarrollo de la sociedad, para supuestamente vivir en armonía y para fomentar el bien común, pero no estoy de acuerdo, es más, estoy harto de la tolerancia y mucha deconstrucción personal me ha tomado para llegar a este resultado.
¡Qué coraje!, tanto trabajo me costó aprender de la tolerancia y, hoy por hoy, me encuentro trabajando para quitar de mi vida ese falso valor para transformarlo en uno realmente indispensable: el valor del respeto.
Tolerar era aquella capacidad de resistir y soportar a otra persona, sin embargo, el diccionario de la RAE, en el 2023, ya la ha cambiado, ha modificado su significado dejándolo como simplemente respeto, pues tolerar es no tener opción sobre nuestra decisión, simplemente aguantar, mientras que respetar es desear el bien al otro, es el acatamiento, la atención y la cortesía.
El que respeta tiene amor hacia su prójimo, sabe que todos somos diferentes y acepta esa diferencia aunque no concuerde con ella, el que respeta comprende que cada cabeza es un mundo con sus propios gustos, tradiciones, deseos, sueños y proyecciones. El que respeta se calla cuando el otro tiene una opinión diferente, cuando otro tiene una sensación distinta, cuando el otro no es como tú.
Por lo mismo es que, para mí, es mucho más importante respetar que tolerar, por ejemplo, respetar el feminismo y no tolerarlo, porque entiendo que es algo sumamente importante e indispensable y con respeto ayudo al movimiento que protege a la mujer.
Respeto también a los que tienen identidades y orientaciones sexuales diferentes a la mía, no los tolero puesto que no hay una razón para que los tenga que aguantar, sino que los respeto porque son seres humanos al igual que yo y porque también quiero que, quien no piensa como yo, me respete junto con mis creencias, mi familia y mi religión.
Recordemos que todos somos libres y que cuando nuestra libertad afecta la libertad de otra persona entonces quiere decir que ya no estamos actuando con libertad ni respeto, sino con libertinaje. Una cosa es respetar y callar, y la otra es dejarse atacar, son puntos completamente diferentes, por ello respeto, pero si alguien me ataca me defiendo, claro, sin faltar tampoco a mi educación.
Anoche soñé que todos en el mundo nos respetábamos, soñé que encontrábamos la paz al dejar de meternos en la vida de otros, ¡UFF! Si tan sólo pudiéramos centrarnos en nuestra persona, en lo que hacemos y no en lo que otros hacen, si dejáramos de tolerar y empezáramos a respetar.