Un diccionario de mexicanismos
El Poder de la Pluma.
MALLUGADO/MAYUGADO. Con singular asombro el contador público Juan López Rodríguez remite a esta columna una imagen tomada de las redes sociales. El envío tiene una información interesante relativa a ciertos vocablos y la copiamos textualmente.
“Mallugado y mayugado: Se registran en el Diccionario de mexicanismos con el significado de causar a un tejido orgánico una contusión, oprimiéndolo o golpeándolo. Mayuga/malluga tantito los aguacates para ver si ya están buenos. Por su parte el Diccionario de la lengua española registra la voz magullar con el mismo sentido”.
En julio de 1957 viajé de vacaciones con mis padres a la Ciudad de México; tenía yo once años recién cumplidos y, con deseo de ampliar mis conocimientos, leía cuanto letrero tenía a la vista. En el Mercado de La Merced llamó mi atención un pedazo de cartón ensartado en un palillo y colocado sobre un promontorio de tomates (jitomates, según se dice en el Altiplano), con un aviso muy elocuente escrito con tinta roja: “Si no compra, no mallugue”. Lo que en ese entonces era una falta de ortografía ahora es un mexicanismo.
En concienzudo trabajo que recientemente dio a la luz, el maestro Ariel Avilés Marín, citando a don Fernando Lázaro Carreter, exdirector de la Real Academia Española, nos dice: “La misión de la RAE no es crear la lengua, eso lo hace el pueblo con su habla diaria”. Eso es cierto, la Academia no crea la lengua española; la tarea de los académicos es sancionar el uso de vocablos que la costumbre ha hecho muy frecuentes en el habla popular, aunque etimológicamente sean incorrectos.
Así, tenemos que en el centro del país se llama zócalo a la plaza principal de una población; anexo, a un albergue para alcohólicos y drogadictos; también se emplean las discordancias “el sartén” (masculino) en lugar de “la sartén” (femenino) y “la primer”, en vez de “la primera”. Desde hace algunos años y a ejemplo de los habitantes del Anáhuac, en esta península los jóvenes utilizan las palabras “padre” y “padrísimo” como adjetivos. Y ahora tenemos el verbo mallugar o mayugar en lugar de decir correctamente “magullar”. Varios de estos mexicanismos han sido reconocidos en los diccionarios.
En caso de adoptarse más mexicanismos, los yucatecos terminaremos hablando y escribiendo sin respetar las reglas gramaticales. Esperemos que no se incorporen al vocabulario regional el “no manches” y “güei” o “wey” empleados como muletilla en la capital de la República; pero, por el influjo de la televisión y la facilidad de las comunicaciones actuales, suponemos que nuestro propósito es causa perdida.
Este día sale una magna pedrada con destino a los “mexicanismos”. Gracias por este tema, mi caballeroso amigo Juan López Rodríguez.
Hasta el próximo tirahulazo.