Un indebido extra
David Ojeda: Un indebido extra
Entra rápido a la casa que ahí vienen los de la basura y si nos ven nos van
a pedir propina!
Bueno, tampoco importa que no te vean, van a timbrar o golpear a la puerta y, si
no estás pendiente, no se llevarán tu basura, no importa que hayas pagado puntualmente. ¡Uff!
Pues si resulta que ese día podaste peor, pues mucho menos lo harán salvó que le des para “las cocas”, volviéndose una muy mala costumbre que convierte al servicio de recolección de basura de nuestra ciudad, en uno de muy mala calidad, en especial en algunas zonas de la ciudad donde todo lo anterior comentado acontece muy seguido con empresas como Sana o Pamplona.
Durante este y el año pasado, he tenido por diversas razones, que vivir en tres diferentes casas y vaya, en todas ha ocurrido lo mismo, tengo que correr para darle dinero al de la basura para que se la lleve. ¡Qué incómodo es! En especial puesto que se ha vuelto una obligación generada por la mala educación. La propina es algo muy bonito que se hace por el aprecio a la ardua labor que realizan, seamos honestos, es un trabajo que casi
nadie quiere, uno muy difícil en donde exponen su vida fuertemente, donde sus empresas no los dotan de los equipos de protección debidos y aun así hacen la lucha por mantener a sus familias, pero que tampoco se pasen, una cosa es recibir el apoyo y otra exigir como si fuera una obligación el darles dinero dos veces por semana. ¡Qué caro sale el servicio de basura en Mérida!
El otro día vi desde la ventana que no se estaban llevando mi basura (eran 4 bolsas no muy grandes), salí entonces y le dije al recolector: hermano, ¿podrías llevártela por favor? Y me contestó ¿no hay para el chesco? Le ofrecí 20 pesos, lo vio y dijo “la coca es para todos, vale 45”, a lo cual respondí que no tenía en ese momento, así que levantó dos
bolsas y dejó las otras dos y le pregunté de nuevo ¿y esas?, y me respondió: “solamente recogemos dos por casa para que alcance toda en el camión”.
No me comuniqué con Sana, pues no sería el primero que pide el apoyo que no se obtiene, así que me comunico mejor por este medio al Ayuntamiento para que nos eche una mano a todos los ciudadanos regulando mejor a las empresas, vigilando que les entreguen guantes, botas, cascos y seguridad social a los empleados, así como una adecuada capacitación, inspección y que, además, se sancione a quien pida “para los chescos”.
Por último, a los meridanos los invito, por favor, para que otorguen propina solamente cuando consideren merecedor al repartidor, si lo hacen porque ellos se lo exigen jamás lograremos tener el servicio que merecemos.