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La decisión del alcalde Renán Barrera Concha –ratificada por el Cabildo - de suspender la celebración del carnaval (que iba a ser virtual, es decir por medio de las redes sociales) es un acto de madurez política y sensibilidad social que enaltece a las autoridades municipales. El festejo carnavalesco, en medio de tanto dolor por los cientos de muertos que ha causado el insidioso bicho Covid 19, hubiera estado fuera de lugar y seguro hubiera causado enojo que muy probablemente se hubiera traducido en menos votos en el ya cercano 6 de junio.

No haber desoído el clamor que se alzó en contra del reinado de Momo en todas las redes sociales nos dice que tenemos una autoridad atenta y sensible a las demandas ciudadanas, más todavía por la decisión de que el dinero que se hubiera invertido en ese festejo ahora se proyecte destinar al apoyo de médicos, enfermeras y demás personal que en condiciones extremas lucha a brazo partido –y con riesgo de su vida- contra la insidiosa pandemia.

Aplaudo con las dos manos ese acuerdo, más porque yo no soy partidario de los festejos carnestolendos ni en Xmatkuil ni en Montejo o Timbuctú (hago excepción del de Río de Janeiro, aunque nunca he ido, por muchas exuberantes razones que vemos en la tele). Lamento, sin embargo, que muchos amigos artistas se vayan a quedar de nuevo sin el apoyo que esa celebración representaba para su ya muy golpeada economía, pero espero que el alcalde y su Cabildo hallen algún modo de no dejarlos en el desamparo. El Mérida fest fue una buena muestra de que cuando se quiere se puede.

Del mismo modo que aplaudo esa decisión del Ayuntamiento meridano, no puedo menos que lamentar que desde el otro Palacio se hagan oídos sordos al clamor ciudadano –también desde las redes sociales- en torno a lo que ocurre en el Paseo de Montejo. Y no es que me oponga a la obra, porque ya es urgente proteger a ciclistas, motociclistas y peatones (más a éstos, a quienes hay que cuidar hasta de los montados en biciclo que no saben usar las calles ni tienen idea de dónde sí y dónde no ir y cómo hacerlo para no ponerse en peligro ellos ni perjudicar a los demás que también tienen derecho a usar la vía pública).

No puedo opinar de si lo que se hace en Montejo está bien o está mal, porque no quiero convertirme en un experto más de los muchos que pululan en las redes y que saben de todo (sólo puedo decir que lo están afeando), pero creo que la autoridad encargada de los trabajos debe dar amplia y suficiente explicación de todo cuanto en esa importante vía hace (y en las demás también) y explicarnos a detalle y con paciencia (antes de que los policías empiecen a disparar multas) cómo debemos comportarnos cuando usemos la avenida porque ya hicieron un galimatías con rayas de todos tipos y colores y uno ya no sabe cómo y dónde ir.

Da miedo meterse en Montejo con todo lo que ahí se está pintando.

 

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