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La Guardia en Prevención se puso en alerta al ver que el comando de transporte de personal retornaba apenas media hora después de que había partido del Sector Naval de La Pesca, Tamaulipas, una tarde del verano de 1999. Tras flanquearle la entrada, el comandante del pelotón de Infantería de Marina informó el motivo de su regreso: habían olvidado la comida del perro que llevaban al operativo. Minutos después, con las croquetas a bordo, partió nuevamente el personal a su misión.

 Si ahora nos parecen un exceso los reconocimientos a “Proteo” o a “Frida”, los perros rescatistas de la Sedena y de la Marina fallecidos (ceremonias con honores, estatuas y hasta minutos de silencio les dedicaron en el Congreso), imagínese lo que pensábamos hace 23 años al ocurrir este episodio cuando comenzaban a cobrar auge los llamados "binomios caninos". Durante un año observé que los dos perros "antidrogas" asignados a la Compañía de Infantería de Marina con base en La Pesca tenían marinos dedicados exclusivamente a su cuidado, alimentación y entrenamiento:

Hoy casi todas las corporaciones de seguridad y/o emergencia cuentan con estos nobles animales que son de gran ayuda prácticamente en operativos de cualquier índole. Comenzaron como buscadores de personas y ahora son grandes aliados para rastrear drogas y como rescatistas en casos y zonas de desastre, como los terremotos. En el más reciente, de 7.8 grados Richter en Tuquía, que ha sido una gran tragedia por la devastación y la pérdida de vidas humanas, falleció el 10 de febrero “Proteo” uno de los canes que llevó el Ejército, un veterano con 10 años de vida.

Como suele suceder, en ese afán –inexplicable, por cierto– de intentar minimizar un hecho ante la opinión pública, cuando la Sedena informó de su muerte no precisó en qué circunstancias ocurrió. Corrió entonces la versión de que un derrumbe ocasionó el deceso de “Proteo” y ya se le consideraba un héroe, surgieron entonces las muestras de reconocimiento, honores y minutos de silencio. Sin duda es un héroe el can porque ayudó a salvar a una menor de edad y a recuperar 14 cuerpos en esa nación, además de que había participado en otras misiones similares en México y en otros países. 

Pero esta semana, su “binomio”, un cabo del Ejército, aclaró que el pastor alemán no falleció en una misión de rescate, sino por el clima extremo que prevalece en esa región. Aparecieron entonces las críticas sobre la decisión de llevarlos a esa zona en condiciones desfavorables, lo que impactó en la salud de los canes que acompañaron al equipo mexicano integrado también por la Armada y la Cruz Roja. Ayer la Sedena recibió con honores en el AIFA el cuerpo del can, como había anunciado su repatriación: “Porque un soldado al cumplir su misión regresa a su hogar…”.

A la falta de previsión por parte de veterinarios y otros especialistas al cuidado de la salud de estos perros de gran valía, se sumó la falta de información puntual, precisa … como suele suceder.

Anexo “1”

“La dieta”

Y lo que son las cosas, respecto a la anécdota narrada en el primer párrafo, la semana pasada se reveló que la Secretaría de Marina disminuyó en 34.18% el presupuesto asignado a la alimentación de sus perros rescatistas. Lucía Hernández, coordinadora del proyecto de divulgación “Yo Amo la Ciencia”, consideró que estos hechos se deben a la austeridad. La investigación se generó a través de una solicitud de información a la Marina.

Se destacó que antes se compraba alimento especializado para perros de trabajo, como los que se enviaron a Turquía, con alta demanda de nutrimentos, pero ahora se adquiere el comercial, propio como el que se da a los animales caseros que no tienen tanta actividad. Además, la Armada informó que, desde el 2015 hasta el 21 de julio del 2022, ha dado de baja por adopción 240 canes, y por muerte 45. Hasta esa fecha contaba con 233 canes.

Anexo “2”

“Los fifís”

Leo que en los años 20 del siglo pasado surgió una moda entre las damas de sociedad que cambió la relación con los perros, ya no solo como simples mascotas, sino como animales esencialmente de compañía, al vestirlos acorde a como ellas iban ataviadas, y que en 1924 se realizó un concurso por el Día del Animal. Y en los últimos años ha surgido el término “perrhijo”, cuando las personas tratan a los perros como si fueran sus hijos.

Pero esto va más allá de la industria de las mascotas. Porque ahora se puede llevar a los canes y gatos de compañía a hoteles de cinco estrellas. Por ejemplo, Grupo Posadas inauguró recientemente en Mérida el primero de 12 hoteles “pet friendly”, con todas las comodidades que requieran. De hecho, varios en Mérida, como en Cancún y otros lugares, admiten a las mascotas, lo mismo que en restaurantes.

En contraparte, los perros rescatistas duermen en barracas o a la intemperie con sus “binomios”, mientras realizan su importante labor.

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