Violencia e intolerancia
Gínder Peraza: Violencia e intolerancia
Aunque puede ser siempre desagradable para los oídos de ciertas personas, la frase que advierte o precisa que uno siempre cosecha lo que siembra nunca va a dejar de tener validez. Así que todos, y más quienes llevan sobre los hombros grandes responsabilidades, tienen la obligación de cuidar siempre lo que hacen y dicen.
Traemos a colación esa reconocida frase porque, como a numerosos ciudadanos, ya nos empieza a preocupar mucho las actitudes de violencia que surgen de todos lados y de todos los niveles de personas. Y ofrezco disculpas si molestamos a alguien, pero reiteramos que las declaraciones del presidente Andrés López, sobre todo en sus comparecencias matutinas, no ayudan a fomentar la tranquilidad de la población.
El tema más reciente que ha motivado a AMLO a recurrir a sus epítetos más hirientes y sus frases más sarcásticas es el de la reforma electoral que él impulsa y que ya aprobó por mayoría la Cámara de Diputados. En ese ambiente y con ese tema, es seguro que el intercambio de ofensas y acusaciones seguirá, y en los días recientes los ánimos se caldearon un poco más cuando el tabasqueño Presidente anticipó que si el Senado no aprueba su reforma, ya tiene un plan B listo para aplicarlo.
Si los negativos efectos de ese enfrentamiento ya pleno y sin ambages se limitara al ambiente de la rueda de prensa matutina, el problema y sus consecuencia no serían mayores, pero la violencia genera violencia en cada vez más personas que se sienten aludidas por las duras críticas del Presidente, y ayer circuló por las redes sociales el mensaje de un habitante de Monterrey, de entre 40 y 50 años, quien sin ningún respeto y aderezando con insultos sus retos y señalamientos, cita al Presidente para encontrarse solos y cara a cara, a fin de resolver a golpes, y quizás con armas, sus diferencias de opinión y de preferencia política. No puede decirse menos que son lamentables, tristes y preocupantes tanto la violenta reacción del ciudadano, como los discursos de la alta autoridad que generaron esa respuesta.
En medio del ambiente casi totalmente agresivo de “La mañanera”, las muertes a balazos de todos los días en las calles de numerosas ciudades, y también el aumento de otros delitos de alto nivel (como feminicidios y secuestros), muchos se sienten como autorizados a recurrir a la violencia para resolver cualquier problema. Algo así está pasando en la población yucateca de Chocholá, donde Kanan, un grupo que supuestamente defiende los derechos humanos, ha llegado a la Suprema Corte de Justicia para exigir que ya no se permita que los católicos de ese municipio violen la ley al instalar los tradicionales nacimientos navideños, lo que según los quejosos discrimina a los que no son de esa religión y desvía recursos municipales hacia actividades no autorizadas por la ley. ¡Hasta dónde hemos llegado en intolerancia!