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Observa y deléitate con la realidad que te rodea, verás cómo ésta es siempre atractiva de una u otra forma.
Mirar con atención devuelve el interés y la fascinación ante la vida
Marián Rojas Estapé

¿Hace cuánto tiempo que no te das permiso de una pausa?, estamos acostumbrados a vivir gobernados por las horas, despertamos todos los días programados para cumplir con cierta cantidad de tareas y obligaciones, existimos presionados por un reloj, que a manera de grillete nos avisa que hay algo más por hacer, que se hace tarde, que el tiempo se acaba.

Buscamos de manera desesperada sacar el mayor provecho al día, queremos acomodar una extensa lista de actividades en las 24 horas que se nos regalan a diario, y nos sentimos culpables si no logramos cumplir con todo.

Hay un espacio para el trabajo, las horas de la comida tienen su turno establecido, las obligaciones son protagonistas de la historia y, en general, se nos va la vida cumpliendo con todo y con todos, menos con nosotros mismos. Aunque nos cueste reconocerlo, la mayoría de las personas tenemos un problema de cronopatía, vivimos con una intensa necesidad de continuar con las exigencias cotidianas, sin importar el agotamiento físico o emocional que se sienta.

Y así corren las horas, los minutos y los días, sin darnos permiso de una pausa, sin detenernos un momento a disfrutar las cosas más simples, para ver lo positivo de nuestro entorno, olvidamos involucrar nuestros sentidos de manera consciente en lo que hacemos, bebemos el café sin percibir su aroma, sabemos que es de día, pero no reconocemos lo hermoso que se mira el cielo, y en ocasiones, abrazamos a nuestros seres queridos de manera automatizada, sin sentir de verdad el abrazo.

En el libro “Cómo hacer que te pasen cosas buenas”, la psiquiatra Marián Rojas Estapé señala que esta manera de vivir, condicionados siempre por el tiempo, provoca una realidad perjudicial en las personas, algo que al final compromete la salud mental. “La felicidad se encuentra en el equilibrio entre mis aspiraciones personales, afectivas, profesionales y lo que he ido poco a poco logrando”, asegura la especialista entre sus páginas.

Para lograr ese equilibrio es necesario permitirnos una pausa, disfrutar de verdad el presente, dejar de lado la enfermedad del tiempo. Tenemos que aprender a frenar, desconectar nuestro cerebro de los pendientes, para tomar un descanso mental y emocional.

Me quiero quedar con un fragmento que Rojas Estapé colocó casi a la mitad de su libro, te pido que lo analices y lo recibas como una invitación para tomarte una pausa: “si miras la realidad con indiferencia y hastío, dando todo por sentado, sin detenerte en los matices, lo más probable es que te atasques siempre en lo mismo, que te quedes constantemente con lo negativo, lo difícil, lo que no tiene solución sencilla”. ¡Por favor, dedica un tiempo a ti mismo!

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