A un mes de que Cancún cumpla 48 años de haber sido fundada como ciudad y consolidada como el destino turístico más importante de Latinoamérica, este 2018 elegirá a su vigésimo alcalde, al final de un proceso electoral que se antoja el más competido de su historia, con contendientes cuyas posibilidades parecen bastante parejas, aunque ninguno parece tener soluciones reales a los problemas de fondo que aquejan a ese centro de desarrollo.

Para dimensionar, Quintana Roo tiene un millón y medio de habitantes, pero más de 800 mil viven en Cancún; es decir, concentra más del 55 por ciento de la población estatal; ciertamente, aporta casi el cincuenta por ciento del total de divisas que se generan por turismo en México, pero en el último año y medio se ha desatado a tal grado la criminalidad, que la inseguridad es ya sin duda el tema de toda la administración estatal, pues las autoridades municipales han sido incapaces de contener la ola de ejecuciones por parte del crimen organizado, además de otras problemáticas que ponen en duda la viabilidad del destino como tal.

En este contexto, los diferentes partidos políticos preparan a sus candidatos para competir por la alcaldía más importante de la entidad, pero más allá de sólo obtener el poder, el próximo gobernante deberá ser capaz de instrumentar políticas públicas articuladas con el gobierno estatal para abatir el rezago en prácticamente todos los rubros del desarrollo, en abatir de manera efectiva la criminalidad y, en suma, de establecer indicadores de gestión que permitan saber, desde la presentación de su plan de desarrollo, los objetivos concretos que se quieren alcanzar y la manera de hacerlo. Mostrar, en suma, capacidad de gobierno, más que mera empatía con la ciudadanía.

El 20 de abril es el aniversario de Cancún, será la víspera del inicio de las campañas electorales y el mejor homenaje que pueden hacer quienes aspiran a ser el vigésimo alcalde –o alcaldesa- es iniciar presentando propuestas concretas para la solución a los problemas; menos discursos y más ideas, menos spots y más propuestas de acción; su papel en el futuro del destino turístico más importante de Latinoamérica será fundamental, que siga existiendo será en gran parte su responsabilidad.