Arreglar el mundo
"El día que arreglemos a los hombres que conforman nuestro gobierno, ese día, arreglaremos a nuestro México" Gabriel García Márquez.
Nos pasamos la vida preocupados por cómo solucionar los problemas del mundo, las crisis en las que estamos envueltos, la crisis de la vivencia de valores en la juventud, la ausencia de los padres en la educación, el libertinaje de los adolescentes, la violencia, los malos gobiernos escuchamos noticias desalentadoras, especulamos, discutimos. Y difícilmente llegamos a una solución. A veces se piensa que no hay solución a los problemas que enfrentamos.
Hace unos días volví a releer un cuento de Gabriel García Márquez, hablando de cómo componer el mundo, decía así: “Un científico que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos. Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.
Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención.
De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo,
justo lo que precisaba. Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo: "cómo te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie".
El científico calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa, pero
no fue así.
Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente.
"Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo".
Al principio el padre no creyó lo que su hijo decía. Pensó que sería imposible que, a su edad hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño.
Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz? De esta manera, el padre preguntó con asombro a su hijo: “Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo lograste?”
Papá, respondió el niño; “yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste
el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura
de un hombre. Así que di vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía cómo era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta a la hoja y vi que había arreglado al mundo".
Este sencillo cuento nos muestra como a veces pasamos el tiempo tratando de arreglar el país con leyes, esperamos que exista menos corrupción, menos violencia, pero se nos olvida que el problema del país, el problema del mundo, el problema de nuestro Cancún radica en cada hombre, cada mujer.
Tenemos el gran privilegio de educar a nuestros hijos, de educar a las nuevas generaciones, y es allí cuándo podremos erradicar las crisis, cuando cambiamos el mundo. Y es en base a una buena educación enseñando el bien y el mal. En la medida que existan más personas con valores profundos tanto en lo moral, humano, espiritual, habrá menos crisis, e iremos solucionando el mundo.
El reto que nos toca vivir es la gran oportunidad de educar bien a las nuevas generaciones. Educar con una mayor profundidad, siendo conscientes de lo que estamos haciendo y no dejarlo al aventón o delegando en terceras personas o en los medios masivos de comunicación o en las redes sociales. Educar con tal profundidad, para que los hijos siempre puedan actuar por convicciones propias, con valores bien arraigados en el fondo de su corazón.
Esta es la lucha que tenemos, hoy nos toca vivir. Transformar al hombre y a la mujer en la educación, y allí nuestro querido México, nuestros gobernantes, nuestros maestros, la juventud, los padres de familia. Nuestro querido México cambiará. (Mónica Treviño)