Convencido de que la unidad, el diálogo y la concordia son el único camino posible para la reconstrucción política y social de nuestra entidad, el gobernador Carlos Joaquín González brindó un lúcido discurso en el Congreso local durante la sesión solemne en la que se festejaron los 43 años de la conversión de Quintana Roo de Territorio a estado.

Tal como lo hizo en su primer Informe de Gobierno, Carlos Joaquín convocó a todos los actores políticos sin distingo de ideologías y colores, y a la sociedad civil, a dejar de lado las diferencias y los rencores para abrir paso a nuevos tiempos de edificación, ya que los desafíos a superar requieren del esfuerzo conjunto.

“Ratifico mi voluntad de seguir convocando a todos, vengan de donde vengan, dejando de lado las etiquetas y las exclusiones, En todo este tiempo al lado de la gente hemos puesto la cara y el pecho todos los días del año para tratar de solucionar desde los más grandes hasta los más pequeños problemas de nuestros conciudadanos”, dijo el gobernador.

Desde la tribuna del Poder Legislativo, Carlos Joaquín González hizo énfasis en dejar atrás los conflictos políticos, dando vuelta a la página de toda la polarización generada desde la turbulenta campaña de 2016, donde las ofensas y golpes bajos dejaron heridas que aún no cierran del todo.

“Hay que acabar con el enfrentamiento que nos ha estancado y dar paso a una cultura del diálogo, de comprensión, de trabajo y de legalidad. Nosotros estamos en este camino y debemos fortalecer nuestra actitud, estamos construyendo la estructura fundamental de un Quintana Roo que nos contenga a todos, a los ciudadanos del presente y del futuro”, destacó.

Este llamado del gobernador a la unidad no pudo ser más oportuno, pues muchos de los miembros del gabinete gubernamental aún no han entendido que con vendettas infantiles y cacerías de brujas lideradas por el ego nunca se podrá llegar a nuevas alturas.

Carlos Joaquín está consciente que en el Quintana Roo plural y diverso que nació con su llegada al gobierno de la entidad –con la llegada de la alternancia– se requiere forjar una nueva cultura política, donde todas las voces tengan cabida y sean escuchadas.

“El desafío es posible. Sigamos colaborando unos con otros con la humildad y madurez de entender que el cambio se logra juntos, día a día”, concluyó en esta jornada memorable que tuvo como contó con música de Joan Manuel Serrat, “golpe a golpe, verso a verso”.