El proceso del cambio de nombre del –aún– municipio Solidaridad, para llamarse Playa del Carmen como se quiere, sigue su curso sin sobresaltos. La semana pasada, en el Congreso del estado se dio lectura a la iniciativa enviada por la presidenta Estefanía Mercado, “para el fortalecimiento de la identidad municipal”, la cual fue turnada a Comisiones para su estudio y análisis.

Es cuestión de tiempo para despejar el trámite legislativo de rigor en el Pleno de la XVIII Legislatura, dominada por la 4T, que respalda la idea. Podría ser tan pronto como esta semana. Posteriormente pasará por Cabildos (también dominados por la 4T); si avala la mayoría como se anticipa, se regresa al Congreso para decretar la reforma y finalmente será publicada en el Periódico Oficial del Estado para que surta efecto constitucional. Se prevé que todas estas diligencias se desahoguen sin contratiempos.

Además de recibir el apoyo de múltiples instancias de la sociedad quintanarroense, siempre tuvo el respaldo popular, confirmado mediante foros ciudadanos y otros mecanismos de expresión, lo cual le dio legitimidad desde un inicio a la propuesta.

Los rumores politiqueros, orquestados por un reducido grupo opositor, se desvanecieron por la falta de fuerza y razón. Sin pruebas en manos (con puros cálculos en hojas), un bando acusó que se gestaba un gasto millonario, aunque fue una simple intentona con el fin de acaparar los focos públicos tras varias derrotas en hilo. El chiste se contó solo cuando “Chanito” Toledo se quiso poner la capa y perdió el debate (otra vez).

“No vamos a permitir que este proceso tenga un costo extraordinario por lo que el cambio se hará de manera paulatina; es decir, hasta que se agoten los recursos procederemos al cambio de nombre de Playa del Carmen en la papelería (...) No es sólo la marca, sino es la historia y el reconocimiento a este lugar que tiene cerca de 122 años de ser conocido como Playa del Carmen” ha dicho Estefanía Mercado.

Nadie debe ignorar que la transformación continúa en el corazón de la Riviera Maya, con obras, servicios, rutas turísticas y cambios administrativos que exigen las cuentas que dejó sin saldar la administración anterior.

Se trata de un municipio relevante en términos económicos, turísticos, poblacionales y electorales. El segundo más poblado, después de Benito Juárez, se alista para cambiar su nombre. Cuestión de tiempo.