Cultura del merecimiento

Los hijos viven hoy acostumbrados a pedir y pedir. Sienten que todo lo merecen. El padre busca darle hasta el último capricho al hijo...

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“Pobre no es el que tiene poco, sino el que necesita infinitamente mucho”

Epicúreo

 

Los hijos viven hoy acostumbrados a pedir y pedir. Sienten que todo lo merecen. El padre busca darle hasta el último capricho al hijo, no existen límites en su pedir, exigen hasta las cosas más inverosímiles; mientras los padres buscan a como dé lugar complacerles en todo.  Lamentablemente los hijos, acostumbrados a recibir y recibir, no saben apreciar lo mucho que se les da, no saben agradecer y aprovechar los grandes beneficios que sus padres les brindan.

Están inmersos en una generación que todo tienen, y tristemente nada se les exige. "Son chicos súper débiles: se traumatizan con todo, se deprimen por cualquier cosa, no tienen herramientas para luchar. Les quitamos la capacidad de postergar la gratificación, trabajar duro y de luchar por lo que quieren, por darles demasiado". Lo comenta Angela Marulanda, educadora familiar.

Un buen retrato que vivimos hoy en la sociedad, lo podemos apreciar en la película “Nosotros los Nobles”. Dicha película se estrenó hace 9 años. Situada en la Ciudad de México, cuenta la historia del empresario Germán Noble, quien al darse cuenta que sus tres hijos ­Javi, Charlie y Bárbara ­ llevan una vida inútil y vacía y han tomado malas decisiones, decide fingir la quiebra de su empresa.

Al mismo tiempo, los deja sin autos, celulares y tarjetas de crédito, los lleva a vivir a un vecindario pobre y les pide hacer algo que no saben hacer: “trabajar”, ganarse la vida para comer, para mantenerse.

Al mismo tiempo se ve un padre que estuvo ausente de casa, no conoce a sus hijos, no sabe la problemática de cada uno, que hacen, como van en sus estudios, sus aspiraciones, sus pasatiempos. Solo es un padre proveedor de dinero y nada más.

Más allá de las risas, del buen rato que pasas en el cine, es una fotografía de la situación que viven hoy miles y miles de jóvenes de todos los estratos sociales. Lo más preocupante es que ellos pasaran a ser la clase trabajadora de nuestro México y no saben hacer nada. No tienen la menor idea de cómo trabajar, como enfrentar los retos de la vida, no tienen idea de cómo solucionar problemas.  Ellos recibirán la estafeta del trabajo, de la toma de decisiones, y… ¿Qué saben hacer además de estirar la mano y pedir que se les cumpla hasta el último capricho? Si toda la vida les han solucionado todo, absolutamente todo.

Preocupantemente es ver a muchos padres cada vez caer más en la trampa de darles todo (Lo material) a los hijos, desde que son pequeños, que no sufran, sin darse cuenta que en la medida que más les dan, los hijos se van volviendo más y más caprichosos, exigentes, para llegar a la vida adulta y vivir a expensas de los padres, viajan, tienen el carro de moda, la mejor ropa, el ultimo celular. Pero desconocen el valor del dinero, no saben cómo ganarlo; convirtiéndose en verdaderos tiranos.

Saber que al no comprar y satisfacer a los hijos en todos los caprichos no se van a traumar para el resto de sus vidas, al contrario, se irán forjando en el carácter y sabrán apreciar las cosas cuando las tengan. Educarlos desde pequeños, poniéndoles límites, establecer reglas claras. Enseñarles que tienen sus derechos, pero también sus obligaciones.

El papel de los padres es preocupante en la educación de sus hijos, ¿qué estamos haciendo los padres para mejorar el entorno?, no solo somos proveedores, somos también educadores del corazón, de enseñar los sentimientos, enseñarlos a enfrentar la vida con sus altas y con sus bajas. ¿Cómo estamos educando a nuestros hijos para el futuro?

 

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