La música como un idioma que se debe aprender, en caso de querer entender y tocar un instrumento musical. Difícilmente la gente tiene la idea de que la música es un idioma, que se entiende o no se entiende. No podríamos saber como sonaban las composiciones de los grandes maestros de la música si no hubiéramos traducido sus partituras en sonido y sin la ayuda de una grabación que era inexistente.

La música tiene gramática y sintaxis. Así como un idioma tiene reglas gramaticales, la música tiene estructuras armónicas, rítmicas y melódicas. La teoría musical es como la gramática de la música.

Por ejemplo, la progresión de acordes o las escalas funcionan como estructuras que ayudan a crear sentido y coherencia en el vocabulario musical. Las notas, los acordes, los intervalos y los ritmos son los equivalentes de las palabras en un idioma. Los músicos aprenden a combinar estos elementos de manera que puedan expresar emociones, ideas o conceptos de una manera coherente, similar a cómo los hablantes de un idioma eligen sus palabras.Al igual que los niños aprenden a hablar primero escuchando a los demás, los músicos suelen comenzar a aprender a tocar imitando a otros. Escuchar mucha música es esencial para comprender el lenguaje.

En la improvisación musical, los músicos hablan entre ellos de una manera espontánea. Pueden hacer preguntas y respuestas musicales, crear tensión y resolverla, de una forma muy similar a como se aprende a dominar un idioma. Este requiere práctica constante, y lo mismo ocurre con la música.

No basta con conocer las reglas; es necesario practicar para ser fluido, de manera que la interpretación o la improvisación sean naturales y sin esfuerzo. Ahora tanto la música como el lenguaje permiten expresar pensamientos y emociones.

Aunque la música no tiene un significado literal, puede transmitir una gama profunda de emociones, tal como el tono, la cadencia y el ritmo en el habla pueden cambiar el significado. En resumen, aprender música es como aprender un idioma en el sentido de que uno necesita conocer las reglas, el vocabulario y practicar hasta alcanzar la fluidez. Una vez adquirida, permite una forma única de comunicación. Así que disfrutemos la música más, con el solo hecho de aprenderla como un idioma. Hasta la próxima semana.