El lastre de la deuda
El reciente reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) coloca a Quintana Roo...
El reciente reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) coloca a Quintana Roo como el estado con mayor crecimiento económico a nivel nacional en 2023, con un impresionante incremento del 13.2 por ciento en su Producto Interno Bruto (PIB) respecto a 2022.
Este logro, impulsado por la reactivación del turismo, la construcción y otros sectores productivos, es sin duda una noticia alentadora para la entidad caribeña. Sin embargo, este panorama brillante tiene una sombra considerable: la deuda pública.
Quintana Roo aporta el 1.6 por ciento del PIB nacional, un mérito que refleja su importancia como motor turístico y económico del país. Este crecimiento lo coloca como líder en desarrollo económico, superando a estados como San Luis Potosí, Oaxaca y Campeche.
Pero a pesar de su papel destacado, la entidad enfrenta un reto financiero significativo: una deuda directa de largo plazo que asciende a 19 mil 282.2 millones de pesos, que ha venido creciendo como una bola de nieve desde las administraciones priistas y la más reciente panista.
Para los ciudadanos, esta deuda no es un dato abstracto. Según el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, cada quintanarroense carga con una deuda per cápita de 11 mil 554.3 pesos, la tercera más alta del país, solo por detrás de Nuevo León y Chihuahua. Esto plantea una pregunta urgente: ¿cómo equilibrar el crecimiento económico con la sostenibilidad financiera?
El crecimiento del PIB de Quintana Roo es motivo de orgullo, pero también de reflexión. Los logros económicos deben traducirse en bienestar tangible para la población.
Es fundamental que las autoridades prioricen el manejo responsable de la deuda pública, evitando que esta se convierta en una carga insostenible para las futuras generaciones y se pueda disfrutar de los beneficios del pujante crecimiento económico del estado.
Quintana Roo se encuentra en una posición estratégica para consolidar su liderazgo económico. Sin embargo, para que el crecimiento sea verdaderamente significativo, debe venir acompañado de una gestión eficiente de los recursos, una estrategia clara para disminuir la deuda y, sobre todo, políticas que beneficien directamente a los quintanarroenses.
El desafío está en demostrar que el éxito económico no solo se mide en cifras, sino en la calidad de vida de su gente.
¿Se logrará ese objetivo?