El plan oculto
Sin el menor interés en rendir cuentas a los capitalinos, el alcalde Luis Torres Llanes...
Sin el menor interés en rendir cuentas a los capitalinos, el alcalde Luis Torres Llanes mantiene en lo oscurito su plan municipal de desarrollo, a pesar de que presumió desde mucho antes de asumir el cargo que ya contaba con un documento listo para ser presentado, lo que resultó ser un engaño.
Y es que en sus primeros meses al mando del Ayuntamiento chetumaleño el ex priista se dedicó a improvisar atendiendo las necesidades más palpables sin fijar un rumbo a largo plazo, mientras su equipo empezó a esbozar una especie de planeación improvisada utilizando el recurso de los foros ciudadanos para construir las propuestas de gobierno.
Todo este trabajo quedó concentrado en el Plan Municipal de Desarrollo que fue aprobado por el dócil Cabildo de Luis Torres desde mediados de febrero, pero por una cerrazón inexplicable el presidente municipal determinó no hacer del conocimiento público el contenido del documento.
La opaca actitud de Torres Llanes contrasta con la apertura que ha mostrado el gobernador Carlos Joaquín González, quien ventiló el Plan de Gobierno estatal en un par de eventos organizados para ese fin y lo puso a disposición de la ciudadanía en diversas plataformas digitales para su consulta.
El alcalde capitalino entregó su Plan de Desarrollo solo a los regidores para su aprobación en la seguridad de su sala de cabildos, y evitó a toda costa enfrentar a los ciudadanos que lo llevaron al poder con su voto.
Para colmo, por el escueto comunicado emitido cuando fue aprobado por el Cabildo, el Plan parece una copia adaptada y reducida del plan macro presentado por el mandatario estatal y permanece oculto en lo más profundo de la bahía chetumaleña, porque tras un rastreo intensivo en la página electrónica del Ayuntamiento simplemente no fue posible localizarlo.
A seis meses de la llegada de Luis Torres a la presidencia municipal, los habitantes de la capital aún no saben hacia dónde va este gobierno; desconocen cuáles son las prioridades y a qué áreas se dirigirán las inversiones del dinero público, además de que no cuentan con la mínima información para exigir al edil el cumplimiento de sus promesas de campaña.
El alcalde debe dar la cara y sacar a la luz su Plan de Desarrollo. No debe olvidar que su período es el de mayor exigencia porque marcó el fin del reinado del PRI en la silla capitalina y la población quiere conocer los alcances de esta administración del cambio, obligada a superar a los voraces e irresponsables priistas que endeudaron y saquearon el Ayuntamiento a placer.