El PRD y sus dos amores

Dando cátedra de política a sus militantes locales, la presidenta nacional del PRD, Alejandra Barrales Magdaleno...

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Dando cátedra de política a sus militantes locales, la presidenta nacional del PRD, Alejandra Barrales Magdaleno, dejó abierta la posibilidad de concretar alianzas rumbo a 2018 tanto con el PAN –su aliado en Quintana Roo– como con Morena, esto a pesar del rechazo público a cualquier tipo de alianzas que realizó Andrés Manuel López Obrador en días recientes.

 

Alejandra Barrales, quien aprovechó su estancia en Cancún en estos días con motivo de la 47 Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA) para evaluar la situación del partido a nivel local y ajustar tuercas flojas, enfatizó que el Sol Azteca, bajo su mando, no tiene las puertas cerradas a ninguna posibilidad, consciente de que las circunstancias pueden cambiar de un momento a otro.

 

Inteligente como es, la lideresa lanzó un nuevo guiño a Morena, partido con el que el PRD sostiene una relación de amor-odio ya que comparten ideología de “izquierda” y otros temas comunes, pero por el complicado tejido de intereses tribales y personales no han logrado concretar una alianza que, por las cifras electorales arrojados por ambos, podría ser arrasadora.

 

En Quintana Roo un importante sector del Sol Azteca –entre ellos el líder estatal, Jorge Aguilar Osorio– anhela y hasta impulsa por debajo de la mesa una alianza con Morena, a pesar de que en la entidad el partido de AMLO está dominado en la actualidad por desertores del PRI como José Luis Pech Várguez y Eduardo Ovando Martínez.

 

Y aunque la coalición que mantienen con el PAN fue exitosa y les hizo ganar filetes burocráticos gracias al triunfo de Carlos Joaquín, lo cierto es que el PRD no gobierna ningún municipio, ni tiene mayor presencia política, pues sus candidatos “naturales” fueron apabullados.

 

Los que pugnan por aliarse con López Obrador piensan que un frente de partidos de izquierda puede darles una oportunidad real de quedarse con algunos Ayuntamientos importantes, entre ellos Benito Juárez (Cancún) y Solidaridad (Playa del Carmen), donde tanto Morena como el PRD tienen una importante base de electores.

 

Una vez más Barrales lanzó el anzuelo con una postura de apertura para intentar romper el hielo con Morena, aunque lo hizo con suficiente tacto para no herir al PAN, su otro idilio político y plan B para 2018.

 

Pero como novia de telenovela, el PRD tendrá que definir en breve si insiste en conquistar al caprichoso moreno que un día le coquetea y al otro la desprecia, o al aprincesado blanquiazul que le perjura amor, aunque todos saben que es una relación por pura conveniencia.

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