Esperanza
“Por encima de las nubes negras, el cielo sigue siendo azul”, Anónimo.
En estos días postelectorales, viendo los resultados en nuestro querido México, he escuchado muy pocas alegrías, pero sobre todo un gran desaliento; desaliento por el resultado, al cual me identifico más con este último. Todo lo que pase en adelante no debe determinar nuestro comportamiento en la sociedad.
Me llega a la memoria el siguiente cuento: “Cierta vez se corrió la voz que el diablo se retiraba de los negocios y vendía sus herramientas al mejor postor. En la noche de la venta, estaban todas las herramientas dispuestas de forma que llamaran la atención, y por cierto eran un lote siniestro: odio, celos, envidia, malicia, engaño... además de todos los implementos del mal.
Pero un tanto apartado del resto, había un instrumento de forma inofensiva, muy gastado, como si hubiese sido usado muchísimas veces y cuyo precio, sin embargo, era el más alto de todos. Alguien le preguntó al diablo cual era el nombre de la herramienta. "Desaliento" fue la respuesta. "¿Por qué su precio es tan alto?" le preguntaron. “Porque ese instrumento -respondió el diablo- me es más útil que cualquier otro; puedo entrar en la conciencia de un ser humano cuando todos los demás me fallan, y una vez adentro, por medio del desaliento, puedo hacer de esa persona lo que se me antoja. Está muy gastado porque lo uso casi con todo el mundo”.
La ilusión por nuestro querido México, es algo a lo que no podemos rendirnos, no podemos desalentarnos. México es más allá de sus buenos o malos políticos, de sus gobernantes.
Podemos apreciar que los países occidentales tienen una gran crisis de principios y valores. Es una época que buscamos más el individualismo, la inmediatez de las redes sociales, la ausencia de comunidad, anteponiendo las redes sociales en su lugar. Depositamos nuestra confianza en políticos que buscan la inmediatez, el dinero, el mundo material; dejando en el cajón de los recuerdos la vida comunitaria, el bien común, la trascendencia de vida.
Si sientes que el sol se oculta, que no hay luz, si ves día de nubes en el cielo, no pierdas la esperanza. Detrás de los nubarrones de hoy, de las dificultades que podemos mirar, siempre hay un nuevo amanecer, un mejor día, que levante nuestro corazón.
No podemos quedarnos viendo únicamente las nubes negras de la vida, porque nos dejaríamos llevar por el pesimismo, el desaliento. Por encima de las nubes, el cielo sigue siendo azul. Más allá de los resultados electorales, no debemos desanimarnos, lo importante es con nuestros actos impactar de forma positiva. Todo lo que hacemos es importante. Y saber que siempre aparece nuevamente el sol y nosotros cada uno como ciudadanos con mucha mayor fuerza a seguir luchando por nuestro querido México.