Eternos en mi corazón.
Haz lo que más feliz te hace, ahí está el mayor éxito de la vida, no en el dinero, no en una casa grande...
"Haz lo que más feliz te hace, ahí está el mayor éxito de la vida, no en el dinero, no en una casa grande, pues solamente en ser feliz se obtiene la plenitud, en el vivir brindando amor, pues ese es el camino para rodearte de amor, alejándote de lo que estorba y de lo que frena tu crecimiento personal, acercándote a lo que libera y te hace superarte. Vive amando, vive cerca de Dios, trasciende."
Eso, todo eso y mucho más, es aquello que mis abuelos, esos seres que cuando llegas a visitarlos pareciera que siempre te están esperando, me han enseñado. Lo digo abiertamente: no hay regalo más grande que pueda la vida darme que poder platicar con mis abuelos, poder obtener sus enseñanzas y absorber su experiencia. Lo que un abuelo dice puede volverse una ley, su experiencia y cariño parece que no tiene fin ¡Uff! si tan solo fueran eternos.
Si tan solo fueran para siempre no tendría dudas, sabría hacia donde ir cuando el mundo me estuviera comiendo, siempre tienen una solución. Si tan solo fueran eternos, jamás fracasaría en el amor pues parece que ellos tienen la clave para superar todo. Si tan solo fueran para siempre tendría a unos amigos que te adoptan cuál hijo, que te consienten con el alma, que te apoyan sin dudarlo, que te abrazan sin temor, sin malicia, con orgullo. Y aunque no son para siempre estarán toda la vida en mi corazón cuál diamante que brilla en el alma y modela la existencia, en mi forma de ser, en los cambios que he logrado con sus consejos, en la alegría de la vida, en cada paso que se vuelve poco a poco en un reflejo de su herencia ¡Que dicha la mía! He disfrutado de mis abuelos y, aunque dos ya no están físicamente, siguen siendo mis ángeles de la guarda, mis protectores constantes, no me cabe duda.
Nadie me lo puede negar, los abuelos generan marca en el futuro de los nietos, pues su amor es tan profundo, sin condiciones, tan grande, que no pueden evitar enseñar de todas las formas posibles. En la psicología, estos seres de amor son la fuente de sabiduría y ejemplo de muchos niños que los toman como modelo, lo hice inconscientemente y ahora adulto me doy cuenta de cuánto tengo de todos ellos y sonrío.
Cada momento que hemos vivido juntos sobreviene en el más fascinante recuerdo o en una increíble anécdota con exceso de cariño que emociona contar a tus hijos y repetir en tus propios nietos y con ello creo que no existe una manera humanamente posible de agradecer, de poder siquiera expresar cuán grandes son en mi vida, cuánto amor me aportan, cuánto carácter me han brindado. Abuelo, Betita, Chichí, Papo, tía Lichi y todos mis tíos y tías abuelos que tanto aportan a mi vida, que tanto cariño me han dado y que en grande llevo en mi corazón, muchas, muchas, gracias.