Metieron en cintura a los despachos de cobranza
A partir del pasado viernes 23 la cobranza extrajudicial es ya un delito penal y federal que amerita cárcel.
A partir del pasado viernes 23 la cobranza extrajudicial es ya un delito penal y federal que amerita cárcel y multas por parte de quienes realicen estas malas prácticas de recuperación de créditos. El jueves 22 de junio en el Diario Oficial de la Federación (DOF) se publicó la reforma en materia penal referente a la cobranza extrajudicial, en donde ya entraron en vigor las penas de dos a cuatro años de prisión y multas que van de 50 mil a 300 mil pesos.
De acuerdo con la reforma aprobada por el Congreso, se adicionó el artículo 248 Bis al Código Penal Federal, con el capítulo de ‘Amenazas y Cobranza Extrajudicial Ilegal’ en donde se especifican las sanciones.
Además, serán agravantes si se utilizan documentos o sellos falsos, por lo que la pena y la sanción económica aumentará en una mitad. Para aquellos despachos que incurran en usurpación de funciones o de profesión, se aplicarán las reglas del concurso de delitos señalado en el Código Penal Federal, según quedó establecido en el decreto publicado.
Se entiende por cobranza extrajudicial ilegal el uso de la violencia o la intimidación ilícitos, ya sea personalmente o a través de cualquier medio, para requerir el pago de una deuda derivada de actividades reguladas en leyes federales, incluyendo créditos o financiamientos que hayan sido otorgados originalmente por personas dedicadas habitual y profesionalmente a esta actividad, con independencia del tenedor de los derechos de cobro al momento de llevar a cabo la cobranza.
Se aclara también que se considerará como intimidación ilícita informar aquellas consecuencias posibles y jurídicamente válidas del impago o la capacidad de iniciar acciones legales en contra del deudor, aval, obligado solidario o cualquier tercero relacionado a éstos cuando sean jurídicamente posibles. Mario Di Costanzo, presidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) explicó que desde hace un año registran las malas prácticas a través del Registro de Despachos de Cobranza, y que en todas las delegaciones establecerán un protocolo de actuación para orientar al quejoso.
Actualmente hay 21 causas en el Redeco de las cuatro que caen en presunción del delito, por lo que cuando el usuario ubique alguna causal, se le informará en el portal donde además de tramitar la queja, tendrá que acudir a una delegación de la Condusef para ser orientado y que realice la denuncia ante la Procuraduría General de la República, explicándole que presente pruebas, pero en cualquier caso la denuncia no exime al usuario del pago de la deuda porque la acusación es contra la acción de cobranza.
El peso cómo vehículo de inversión podría descarrilarse
El tren de los inversores del peso mexicano está tan lleno que podría ser hora de que consideren buscar otro vehículo. Alentados por el fortalecimiento de la economía local y la declinación del temor a que el Gobierno de Trump reformule las reglas del comercio, los inversores han impulsado el peso a los mejores retornos del mundo en lo que va del año. Pero existe el riesgo de una triple amenaza: una contracción temprana del balance de la Reserva Federal de Estados Unidos, un posicionamiento superpoblado y obstáculos técnicos.
La mayor amenaza para el peso es un endurecimiento de la política monetaria estadounidense. Si la Fed da indicios de que podría reducir su balance o subir las tasas más rápido de lo que estima el mercado, los rendimientos estadounidenses y el dólar podrían aumentar, lo que derivaría en una salida de fondos de México.
El peso se fortaleció contra el dólar y éste rompió el piso de las 18 unidades el 14 de junio, pero la situación se revirtió con rapidez luego de comentarios duros de Janet Yellen. Los futuros de tasas de fondos de la Fed solo han incorporado un 16% de probabilidades de un incremento de tasas en septiembre. Si las probabilidades mejoran, probablemente el peso se debilitaría México descarta probabilidades de más aumentos por parte del Banco Central del país en el segundo semestre, de modo que es improbable que el Banxico reaccione a medidas de la Fed.