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Derivado de factores regulatorios y sobre todo de gobernanza, México quedó fuera del ranking de los 25 principales países que son atractivos para la Inversión Extranjera Directa (IED) en 2020, según Kearney, una de las consultoras de alta gerencia más importantes. “México el año pasado estábamos en la última posición (…) había ciertas consideraciones que tomaban en cuenta los inversionistas para que estuviera ahí, y que esperaban que se resolvieran. Ahorita hemos salido del índice, ahorita es menos atractivo respecto a otros países para atraer inversión extranjera”, aseveró el director general de Kearney, Ricardo Haneine Haua. 

 

En videoconferencia por la presentación del Índice de Confianza de Inversión Extranjera Directa 2020, Haneine señaló que el mensaje que plasman los inversionistas es que a pesar de la ratificación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), y el efecto que genera las tensiones China y Estados Unidos en materia de comercio, que podría abrir oportunidades de inversión en México, es insuficiente.

 

El representante de Kearney detalló que los elementos que dejaron fuera a México son el bajo crecimiento histórico del país; cambios en las reglas que han frenado la dinámica de la reforma energética, como detener las rondas de exploración y producción, así como los nuevos proyectos de generación de energía eléctrica limpia. Además, dijo que las decisiones de inversiones en infraestructura del gobierno afectaron a la confianza internacional, tales como la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco y priorizar inversiones de bajo impacto económico y social como la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya. Por último, señaló que otro efecto está marcado en las inversiones aprobadas para empresas del sector privado, donde se detienen sin fundamento legal, como el caso de la cervecera Constellation Brands en Mexicali.

 

Lo anterior pone a México en un escenario económico devastador, la pérdida de confianza de los inversionistas, aunada a la profunda recesión provocada por la pandemia COVID-19 y a la negativa tajante de López Obrador de apoyar a las micro, pequeñas y medianas a empresas, resultando en cifras escalofriantes de desempleados, 12.5 millones a la fecha.

 

Seguramente el equipo político y de seguridad nacional del presidente Andrés Manuel López Obrador le habrá detallado cuáles podrían ser los diferentes escenarios en los siguientes 12 meses: En el mejor de los casos -la fantasía a la que puede aspirar la T4 (Transformación de Cuarta)- es que Morena mantenga una muy pequeña y cuestionada mayoría en la Cámara de diputados y tal vez alguna que otra gubernatura.

 

En el peor de los casos, regiones completas del país tendrán enfrentamientos violentos e ingobernabilidad debido a organizaciones criminales, movimientos sociales, insurgencia criminal, paramilitares, guardias blancas y pandillerismo debido al hambre y la desesperación. Estos fenómenos dejarán de ser exclusivos de las áreas rurales, sino se presentarán en formas importantes en zonas urbanas, incluyendo Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. 

 

Este fenómeno de ingobernabilidad resultará un éxodo masivo de mexicanos que buscarán ingresar a Estados Unidos (que fue por 30 años la válvula de escape de desesperación y falta de oportunidades en México). Pero no solo habrá una oleada de mexicanos llegando a la frontera, sino habrá un tsunami de centroamericanos y otras nacionalidades, teniendo una situación hasta más catastrófica, buscarán inicialmente refugio en México para cruzar, cueste lo que cueste, a los Estados Unidos, ¿Se pueden imaginar 200,000 personas en la frontera entre EU y México, buscando cruzar? Una población hambrienta, enferma y desesperada, con pocas posibilidades de cruzar legalmente o pedir asilo en Estados Unidos (sin importar quién sea el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump o Joe Biden).

 

Organizaciones criminales, insurgencia, pandillerismo y movimiento de personas con hambre, desempleo, enfermos, y sin acceso a servicios médicos básicos tomarán control de diferentes partes de las ciudades y de las carreteras. Desabasto de comida, gasolina y medicina podría resultar porque simple y llanamente las carreteras y las vías férreas de un sector del país serán intransitables si no tienen el apoyo de las fuerzas armadas. Las poblaciones en las grandes y pequeñas ciudades del país estarán organizándose en grupos de guardia blancas, paramilitares y comandos urbanos para defender sus negocios y hogares de saqueos masivos, y hordas de personas desesperadas, enojadas e indignadas.

 

Por más promesas de repartir dinero y creación de empleo que ha hecho el presidente, la realidad es catastrófica para la economía y la recuperación de empleos. La única forma de haber detenido o mitigado este escenario catastrófico era una alianza nacional, donde gobernadores, presidentes municipales, cámaras empresariales, sindicatos, académicos, sociedad civil, medios de comunicación y ciudadanos organizados, liderados por el Gobierno Federal y el presidente, desarrollaran una estrategia de corto y mediano plazo.

 

De hecho, cualquier otro político hubiera visto este momento, donde lo que más se requiere es unidad y liderazgo, como una oportunidad de fortalecer opciones políticas para las elecciones intermedias. Sin embargo, Andrés López sólo ve conservadores y fifís…

 

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