Abusos en el IEEA
La dependencia educativa en un verdadero polvorín.
La cuestionada directora del Instituto Estatal para la Educación de los Adultos (IEEA), Candelaria Raygoza Alcocer, ha convertido a la dependencia educativa en un verdadero polvorín, utilizando el garrote contra los empleados y directivos que no son de su equipo mientras acaricia a sus consentidos con viáticos, compensaciones y altos sueldos.
En la última semana la funcionaria ha estado en boca de todo el mundo por sus malas acciones, que van desde despidos injustificados y acoso laboral, hasta labores proselitistas financiadas con recursos de origen “desconocido” y simulación política en su más alta expresión.
En el aspecto laboral, las denuncias vertidas por empleados del IEEA por el ambiente de terror que ha impuesto la señora Raygoza Alcocer se cuentan por decenas, pero la más mediática ha sido la del ex diputado local y ex dirigente de Convergencia, William Souza Calderón, despedido a la mala de su puesto en el IEEA.
En respuesta a lo que califica como un despido injustificado, Souza Calderón arremetió contra la funcionaria sacando al sol sus trapos sucios y excesos, como el hecho de que la hija de Candy Raygoza tiene asignado un vehículo oficial sin logotipos para su uso personal, los altos salarios de su “equipo” cercano, y el trato al personal a mentadas de madre.
Pero los excesos de la funcionaria van mucho más allá del ámbito laboral, llegando incluso a límites insospechados para maquillar su falta de resultados.
Esta semana un colaborador del IEEA en la zona maya filtró una presunta conversación de mensajería digital con Candy Raygoza, quien le ordena que consiga “actores y actrices” para llenar un evento realizado en Felipe Carrillo Puerto de entrega de documentos al que asistiría el gobernador Carlos Joaquín.
Y es que según la información de la fuente el IEEA quedó muy lejos de la meta establecida en ese municipio, pero para simular que las cosas marchan sobre ruedas Candy Raygoza habría utilizado esa estrategia con el fin de engañar al mandatario.
Los señalamientos contra Raygoza Alcocer son muy delicados e incluso algunos son tipificados como delitos, y es necesario que la Contraloría estatal eche un ojo a este organismo gubernamental que hiede a corrupción.
A ellos corresponde investigar a fondo lo que ocurre en este instituto con la finalidad de comprobar la veracidad de las acusaciones y, de comprobarse, actuar en consecuencia contra una servidora pública que ya es vista como una de las manzanas podridas del gabinete ampliado.