Han pasado casi 4 años desde que los países de Naciones Unidas adoptaran los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 pero a como se ven las cosas, no cabe duda de que no hemos avanzado como se esperaría. Quizá la Agenda se firmó en algunos casos por compromiso y en otros por pura buena intención pero eso ya pasó, firmada está y cumplir nos toca.

Conocer al respecto es vital porque la Agenda 2030 aplica a todos los países, es decir, todos, desde nuestra trinchera, estamos obligados a generar o echar a andar programas que reduzcan el desempleo, fortalezcan la igualdad de género y promuevan sociedades pacíficas, por poner algunos ejemplos.

No se vale ser una sociedad, un municipio o país que “elige” de entre los ODS los que mejor le convienen o los que en este momento puede cumplir, pues precisamente la lista se integró no solamente con una participación histórica sino con un enfoque que permite promover el equilibrio entre sostenibilidad económica, social y ambiental, para que, como decimos coloquialmente, una cosa lleve a la otra.

Permítame escribir sólo los primeros cinco, por cuestión de espacio: 1) Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo. 2) Poner fin al hambre, lograr seguridad alimentaria, mejorar la nutrición y promover agricultura sostenible. 3) Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades. 4) Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos. 5) Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.

Son apenas cinco pero como es sencillo de notar, ninguno está fuera de nuestro alcance si trabajamos en conjunto.

Si dedicáramos un día a cada uno, a promover esa acción, a hacer lo propio para que suceda, a contagiar a los demás de esa necesidad de mejorar, provocaríamos el verdadero proceso transformador. No lo dejemos en una posibilidad, el cambio empieza donde tú estás.