“La verdadera riqueza de nuestra patria, radica en tu familia” Mónica Treviño

Todos sabemos por la historia como nuestros héroes lucharon por la libertad. Sabemos que  Miguel Hidalgo  dio inicio a esta lucha con el famoso  grito  de Dolores, que venimos celebrando año con año desde finales del siglo XIX. Fue una lucha por la libertad, por tener un país libre y soberano.

La lucha continúa, en nuestra patria, queremos ser libres, sin ser esclavos a algún tipo de adicciones, libertad de culto. Luchar por la libertad del tráfico de personas, de utilizar a las personas como objeto, de la esclavitud de personas por medio de drogas, sexo, alcohol, violencia…

La historia siempre nos habla de los grandes héroes, pero nunca menciona a todos esos grandes héroes desconocidos por todos, que nunca saldrán en ningún libro de historia, tampoco serán noticia en los medios de comunicación, pero en realidad son grandes héroes que han dado un gran servicio a la patria.

Esos héroes desconocidos son aquellas madres y padres que han educado a sus hijos. Se han preocupado para que sean personas libres, que con su trabajo diario, desvelos, en su lucha cotidiana han sabido poner su granito de arena para hacer de nuestro país grande; ya sea en los medios de comunicación, en la industria, en la ganadería, en el turismo, en tanto y tantos lugares, que sería muy difícil mencionar a todos.

Se habla muy fácil de la libertad, muchos piensan que es dar más permisos, y que hagan lo que quieran los hijos. Precisamente allí está el problema que hoy nos quita el sueño, el gran libertinaje en el que viven los jóvenes, el que no sepan  lo que es bueno y lo que es malo.

Tarea encomiable el enseñar a tomar  las propias decisiones de la vida, ellos van a enfrentar al mundo solos, y es en la educación que reciban de su madre y padre principalmente, la que es de determinante e influyente a ser personas con libertad, a no ser esclavos de adicciones.

Hace varios años en un salón de clases, con chavos de bachillerato, preguntaba cuál sería la clave para tener buena relación con los papás, y todos me decían “tener buena comunicación”, y continuaban: “no importa si sales al antro, si te emborrachas, si te echas un churro, lo importante es la comunicación”. Todos decían lo mismo. Había un chavo que a todo esto, estaba en silencio y solo negaba cada frase de sus amigos. Le pregunte cuál era su opinión, y me contestó: “la clave está en que tus papás te quieran mucho, te enseñen el camino del bien y del mal; para que cuando salgas al mundo, te quieras ir por el camino del bien, y cuando te equivoques, te sientas mal y busques regresar al camino del bien”.

Es allí, en la educación a la libertad, a saber escoger el camino del bien, que vivan libres, sin adicciones que coartan su libertad, de la que está urgida nuestra nación.

Cuando desde pequeños les damos todo a los hijos, que no sufran, que tengan absolutamente todo, cada cosa que pidan, el juguete de moda, sin importar que a los tres días lo tiren, darles  la ropa de marca, el coche último modelo…, si mi hijito aquí lo tienes, darles todo, a pesar que muchos piensan que es para que no sufran, resulta que es contraproducente.

Si nosotros nunca decimos no a nada, como aprenderán ellos a que deben decir no a las drogas, no al alcohol, no a que mi cuerpo sea usado como objeto de placer, no a la violencia, no a la deshonestidad, no a las faltas de respeto, no a…

Muchas madres resolvemos los problemas de los hijos, en vez que ellos los enfrenten y enseñarles a enfrentarlos; es en las decisiones diarias el crecimiento en la madurez humana, es allí donde se aprende a escoger el bien del mal; no importa que se tropiecen, siempre se aprende de los errores.  

La patria que tenemos la han formado muchos héroes desconocidos que han enseñado a sus hijos en la libertad de elegir el bien en todo momento. El legado que cada padre de familia hace a la Nación, estriba en la calidad de la educación en la libertad y responsabilidad que dé a sus hijos.

¡Viva México!