Es una gran noticia para la alicaída economía del sur de Quintana Roo, el anuncio que hiciera la secretaria estatal de Turismo, Marisol Vanegas Pérez, sobre la próxima apertura del sitio arqueológico de Ichkabal, ubicado a escasos 40 kilómetros de Bacalar.

Este lugar prehispánico es uno de los más antiguos en toda la región maya, que incluye al sureste de México y varios países de Centroamérica como Guatemala, Belice, Honduras y parte de El Salvador.  

Según cálculos oficiales, se espera que al ser abierta la zona arqueológica recibirá a unos 800 mil turistas al año, situación que vendría a ser un gran detonante del turismo y la economía de esta región de nuestro estado.

Ichkabal cuenta con grandes edificios, incluso al menos uno de ellos es más alto que la principal pirámide maya de Chichén Itzá, y al tener unos dos mil 400 años de antigüedad, permitirá a los arqueólogos investigar el remoto pasado de los mayas que dominaron una gran porción geográfica de Mesoamérica.

Un sitio arqueológico de las dimensiones físicas e históricas de Ichkabal, dinamizará la economía de la zona sur, con beneficios para el comercio, artesanos, taxistas, turoperadores, hoteleros, entre muchos otros más, que podrán tener un respiro dentro de una situación económica bastante deplorable.

Aunque falta mucho por hacer en materia de promoción turística en el sur del estado, el gobierno de Carlos Joaquín ha dado importantes pasos en ese sentido, a la zona arqueológica de Ichkabal hay que sumarle Kohunlich, Kinichná y otros atractivos más, que forman un circuito maya bastante recomendable para los amantes de esta cultura.

Ya era hora de que el sur del estado tuviera el impulso turístico que desde que Quintana Roo se hizo estado libre y soberano, sólo estaba presente en los discursos oficiales y nunca pasaron de las buenas intenciones.

Es urgente que la economía de esta parte de la entidad se diversifique, porque es imposible que la mayoría de sus habitantes puedan encontrar trabajo en el gobierno estatal o municipal como ocurría hasta hace algunos ayeres.

Un tema pendiente también es el impulso a la industria, con el que se cerraría un circuito económico que tanta falta le hace a los miles de quintanarroenses que habitan en Chetumal, Bacalar y alrededores.