Ilusiones

“La verdadera paz del espíritu viene de la aceptación de lo peor”,  Lin Yutang.

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Con el susto que todos nos llevamos del huracán, que fue cambiando de intensidad. Vemos que hoy día, al volver todo o casi todo a la normalidad, va regresando la serenidad y la hermosura del cielo azul. Saber que hoy está mejor que ayer, y mañana estará mejor que hoy, nos llena de una nueva ilusión, para seguir en el camino.

El tiempo nos tomó desprevenidos a todos, los huracanes fuertes son dos meses después, y ahora resultó que iniciando la temporada nos llegó Beryl.

Gracias a las oraciones de miles y miles de personas, pasó rápido y no hizo mucho daño. Por lo contrario, estos eventos enriquecen la convivencia familiar, con chistes, anécdotas, juegos, etcétera; ayudan a la unión de las familias, tanto los que están aquí cerca de nosotros como los que están lejos porque están muy pendientes de lo que sucede.

Podemos agradecer al huracán por enfriar las aguas del océano, por llenar los manglares y ver la unión de la ciudadanía. Así como en su enfriamiento de las aguas del mar, ayuda a los arrecifes y a los peces. La naturaleza sigue su curso, desde su creación, y no debemos alterar este balance.

Es natural que los desafíos de la naturaleza nos impone, más cuando hemos visto los desastres provocados en otros años, aquí mismo y/o en otras zonas de nuestro querido México. A pesar de todos los acontecimientos se tiene la ilusión que la naturaleza regrese a estar como antes lo antes posible. También se tiene la ilusión que los negocios vuelvan a funcionar como antes, que el turista regrese a este bello lugar, que los trabajos se estabilicen, es decir que la vida regrese a su curso normal, lo cual, está sucediendo lo más rápido posible.

Pero para lograrlo, es necesario cada uno aportar con su granito de arena, desde la trinchera en la que cada uno está, aportar nuestra riqueza interior y nuestro  esfuerzo y así obtendremos justo lo que todos juntos trabajemos.

Para que realmente se dé un mejor Cancún se tendría que dar un renacer en el interior del  corazón de cada uno, un renacer a ser mejores personas, a ser más honestos, a no  abusar del otro cuando se descuide, a no manipular, a respetar la dignidad del otro en todo momento. Tomar un camino de decisión y compromiso ante Cancún, sin importar todo el esfuerzo, sino lo importante es realmente llegar a la meta. Al final del camino la vida eleva, distingue y selecciona a las personas de mayor valía.

Esta ilusión nace, para ver un mejor Cancún, sabiendo que la vida no solamente son días claros y con un azul radiante, sino que hay nubes y nubarrones, lluvias y tormentas. Saber que detrás de las nubes hay algo más…

Detrás de las dificultades y problemas que nos enfrentamos día a día, está la esperanza de un mañana de armonía y felicidad. Detrás de los nubarrones de hoy está el amanecer de un nuevo día mejor que levanta el ánimo de nuestro corazón hacia arriba.

Vivir intensamente todo aquello que nos toca vivir sin  renegar. Poder seguir siendo solidarios, ayudándonos unos a otros, no olvidar las zonas más marginadas, las personas más necesitadas de ser escuchadas, para que al final podamos decir en Cancún, “somos uno”.

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